Javier Fernández Mardomingo

Cortita y al pie

Javier Fernández Mardomingo


Dime con quién andas

10/05/2024

Y te diré qué es Cultura. Es lo que ha debido pensar el ministro Urtasun, que pertenece a esa corriente de la nueva izquierda de asfalto y colegio privado. Corriente segura de que tiene potestad moral para determinarlo. Urtasun, que de tonto no tiene un pelo, enarbola la bandera del antitaurinismo para copar unas pocas portadas y unas decenas de columnas de opinión. Por si alguien no se lo ha dicho al ministro, ni él ni nadie, sólo los pueblos, pueden determinar de qué hablamos cuando hablamos de cultura.

En mes y medio arranca San Pedro y allí, en el polideportivo en el que en Burgos damos toros se juntarán los de aquí y los de allá. Los de siempre. Allí veremos a toreros, apoderados, empresa, ganaderos… Pero también al Chapela guardando la puerta de los corrales las mañanas de apartado. Curiosos, los justos. Por allí andará Tomás, Lorena, Lola y compañía. Estará Nano acordándose de Luis, que lo verá con Muriel desde alguna parte.

Vendrá mi amigo Mele el de Tardajos, que tiene un bar. Y vendrá vestido de regional al otrora tendido de sol a compartir peña con mi primo Miguel, que tiene un despacho. Y pegados, los Mangas y los Gamones buscando cualquier excusa para gritar que «¡ese toro es de Gamonal!». Por allí andará mi padre endiñándome la merienda que mi madre ha preparado antes. Y la compartirá con quien se precie, sea quien sea el que se sienta al lado. Y miraremos con envidia a Manolo Pérez Pascuas, que seguro lleva el mejor vino de la plaza. 

Estará Bañuelos de la mano del primo y Quinito desempolvando la americana del día 29. Y Manolo Aguado rezando para que no pase nada malo mientras Leticia reza para que pase algo bueno. Con su cuaderno por la tarde pensando en la página y la tertulia de mañana. Y el Moreno acordándose de su padre. Y Jarocho del suyo. Seguro.

Ninguno, habría que decir al ministro, preguntará al otro a quién vota. Ni le interesa. Ninguno se acordará de Urtasun en algún tiempo. Torres más altas intentaron acabar con la tauromaquia. Pero los toros siempre fueron de las gentes y la cultura de los pueblos. Y no hay ministro, rey o Papa de Roma que pueda con el pueblo. 

No es de hoy. Ni es la primera, ni será la última vez que se utilizan los toros para hacer política. Unos y otros, que conste. La historia se repite y como solía decirme mi querido Félix Madero en estas ocasiones de películas que ya hemos visto… «el Madrid, qué, Mardomingo ¿otra vez campeón de Europa?». Pues para desgracia del que escribe, va a ser que sí.