Como en la Junta de Castilla y León parece que se les ha olvidado que existe la carretera CL-629, especialmente a su paso por el Valle de Mena, volveré a insistir por enésima vez. No hay en toda la provincia ninguna carretera convencional sostenida con fondos de nuestro gobierno regional con el nivel circulatorio de esta vía que conecta la comarca de Las Merindades con Bilbao y toda su zona de influencia. El mapa de tráfico de todas las carreteras de titularidad regional de la provincia, que me lo he estudiado, indica que en 2022, entre Villasana de Mena y el límite con Vizcaya circularon una media diaria de 6.850 vehículos. Tomando fotos este martes por la mañana pude ver, como siempre, el intenso tráfico que soporta esta carretera. Solo supera esta cifra la autovía de Burgos a León en sus tramos más cercanos a la capital con 11.879 y 8.676 vehículos diarios en sendos tramos. 

Ante estos números incontestables y los accidentes que se cobra esta vía, me pregunto qué motiva su abandono secular y que no se ponga sobre la mesa un proyecto serio para garantizar, ya no solo la seguridad vial, sino el despegue económico de Merindades, indisolublemente unido a Vizcaya. ¿Molesta que se nos comunique dignamente con otra comunidad autónoma? Me pregunto qué puede hacer que la carretera más transitada dé vergüenza ajena por su falta de conservación y nadie se digne a dar explicaciones. En 2005 concluyó una importante inversión en lo que antes era un camino de cabras, pero el abandono no perdona. En apenas dos décadas esta vía ha quedado desfasada y ralentizada al extremo, al arreglar cada accidente y cada queja a golpe de nuevas líneas continuas que impiden los adelantamientos o reducciones de la velocidad. La última deja 6 kilómetros ininterrumpidos a 60 kilómetros por hora. Im-presionante.