Ana Castellanos

Ana Castellanos


El hotelazo que ni está ni se le espera

14/06/2024

A la comarca de Merindades le sobran cualidades y atractivos en medio de una naturaleza desbordante con paisajes de ensueño, cascos históricos inundados de patrimonio, joyas del románico y un montón de oportunidades para disfrutar del senderismo, la montaña, la bicicleta, las visitas culturales o un merecido descanso. Miles de turistas, cada año más a tenor de las imparables cifras de visitantes de puntos estratégicos, como las cuevas de Ojo Guareña, la eligen.

Pero cuando un turoperador turístico quiere mover uno o incluso dos autobuses de viajeros, excursionistas que buscan visitar juntos la comarca, se topa con un grave problema. No encuentra un 'hotelazo' de 100 plazas, como me decía hace pocas semanas una guía turística afincada en Medina de Pomar, que ha visto escapar así a potenciales clientes europeos. No encuentran un hotel que reúna los espacios suficientes para alojar a sus clientes y la mayoría desisten. Los que, contra viento y marea, deciden adentrarse en la comarca, solo tienen la opción de alojarse en un hotel de la Bureba y movilizar al autobús cada jornada hasta Merindades. Eso implica recorridos de hasta 80 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta.

Una lástima que nadie invierta en una infraestructura hotelera de esas características y muchos de los alojamientos de menor tamaño vayan cerrando sus puertas ante la ausencia de una segunda generación que siga adelante con el negocio. Parecido sucede con los restaurantes, cada vez más escasos y difíciles de encontrar en Merindades, ante nuevas generaciones que huyen de la hostelería, sus difíciles horarios y el trabajo durante los fines de semana. Mala combinación cuando la comarca es más conocida que nunca.