Rocío Martínez

Pegada a la tierra

Rocío Martínez


El dinero no da la felicidad

09/06/2024

No tengo muy claro si la frase que da título a esta columna la suscribe más quien la experimenta, o quien anhelaría hacerlo. Pero lo cierto es que casi siempre va acompañada de un pero… seguro que se les ocurren ideas.

Y perdónenme si después de siete años de matraca, y una semana de Mbappé hasta en la sopa, vuelvo a la carga con el francés, un buen ejemplo de eso de que el dinero no da la felicidad. Con su llegada al Real Madrid conoceremos más de cerca cómo es, qué hay detrás de alguien que ha llevado sobre sus hombros poco menos que el peso de Francia, con episodios de presión del mismísimo Macron.

Ya sus primeras palabras, y hasta su cara, nos dieron alguna pista. «Liberado», así describió su sensación tras fichar, por fin, por el Madrid. Las jaulas, aunque sean de oro, jaulas son.

Quizás por sus orígenes, Bondy, un humilde barrio de París, Mbappé conserva la empatía de poner en perspectiva el alcance del sufrimiento, del tormento de un deportista millonario: «Me pagan mucho dinero por jugar al fútbol y hacer lo que me gusta, mientras otros se levantan para ir a la fábrica y trabajar duro». Pero, siempre hay un pero: «No le desearía a nadie lo que he pasado».

Y a ver, que, aunque en el Real Madrid no vaya a cobrar los ¡72 millones! que le pagaba el PSG, dinero tampoco le va a faltar en el que él definió como «el club de mis sueños». Pero son esos, los sueños hechos realidad, los que te dan la felicidad. Y los goles, por cierto, los que le otorgarán a Kylian el perdón definitivo de los madridistas aún reacios a abrirle su corazón de par en par, tras las calabazas de hace dos años. Aunque diría que este resquemor blanco está casi ya en vías de extinción. Muchas veces pienso que también lo está el romanticismo en el fútbol. Pero si rascas, ahí está, la emoción auténtica, la verdad que sigue manteniendo al fútbol como el gran fenómeno de masas global.

En esa globalidad busca su lugar el mundo árabe, consiguiendo Mundiales, en breve Juegos Olímpicos… y seduciendo a estrellas con montañas de dinero por las que muchos futbolistas deciden hacer las maletas. Y el dinero pasa de medio a fin. Aunque se empiezan a conocer casos de futbolistas que pagarían por volver y salir corriendo del opulento fútbol árabe.

Pero ahora, en este fútbol de sesión continua, nos ponemos en modo Eurocopa, con una España capaz de la gloria o el estrépito, pero ilusionante, joven. Ojalá vínculo de unión. Como en 2010. Que en esta era tan polarizada, un poquito de unión, no nos vendría mal.