Con las imágenes aún recientes de la granja localizada en Araúzo de Torre en las que se ve a cerdos en un estado de descomposición, la Fiscalía aún sigue investigando la denuncia presentada hace unos meses contra otra explotación de ganadería porcina ubicada en Quintanilla del Coco. En este caso, están a la espera de un informe detallado de Aenor para determinar si continúan con las diligencias o si, por el contrario, las archivan.
Según señalan fuentes de la Fiscalía Provincial de Burgos, hasta el momento tienen sobre la mesa dos informes, uno del Seprona de la Guardia Civil, que acudieron dos días después de que el Observatorio de Bienestar Animal (OBA) difundiese los primeros vídeos e imágenes, y del servicio territorial de agricultura de la Junta de Castilla y León, que la inspeccionó también esa misma semana. Ninguno de estos documentos refieren irregularidad alguna que conlleve la apertura de una instrucción judicial.
Sí detectaron ciertas irregularidades los inspectores de Aenor que acudieron el mismo día que se publicaron las imágenes. En un informe preliminar, en el que decidieron retirar el certificado de bienestar animal, la marca de calificación detectó «incumplimientos graves del protocolo Welfair», si bien matizaron que no de la entidad de los vídeos publicados y denunciados por el OBA.
El Ministerio Público ya solicitó a Aenor que explicara por qué se había retirado el certificado de calidad y qué tipo de irregularidades había encontrado. Emitió un primer informe, pero que no era suficiente para comprobar si los hechos denunciados eran o no susceptibles de continuar con las diligencias. Así, cuando la empresa calificadora lo remita será cuando el fiscal delegado de Medio Ambiente decida si sigue adelante con el procedimiento.
La ONG presentó una denuncia en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Lerma tras realizar una investigación entre junio y septiembre de 2023 en una granja de Quintanilla del Coco formada por 5 naves con 5.000 cerdos aproximadamente, que abarca todo el ciclo del cerdo, con madres reproductoras, lechones y engorde, hasta que el animal va al matadero.
Grabaron y difundieron imágenes de animales extremadamente delgados, con numerosos y variados problemas, entre ellos, tumores en mamas, prolapsos de útero, heridas con pus y gangrena, hernias de gran tamaño, patas inflamadas que les impiden moverse, malformaciones, indicios de sarna y «un gran número tienen las orejas mordisqueadas y lesiones gangrenosas en el rabo, síntoma de canibalismo».
Tanto el Seprona de la Guardia Civil como la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León inspeccionaron la explotación días después, pero no se encontraron irregularidades ni tampoco a animales en un estado similar al de las imágenes, según remitieron a la Fiscalía.