A tres meses vista de la próxima cita electoral, de un rápido vistazo a este mandato municipal a punto de concluir se puede colegir que poco ha tenido que envidiar a los episodios políticos más convulsos vividos en el consistorio burgalés en las últimas décadas.
En una versión actualizada de Princesa por sorpresa, el socialista Daniel de la Rosa ocupó el sillón de la Alcaldía el 15 de junio de 2019. Sorpresa, no porque no hubiera ganado las elecciones con más de 33.000 votos y 11 concejales, sino porque PP, Ciudadanos y Vox tenían un acuerdo nacional para impedir alcaldías socialistas que en el caso de Burgos suponía pasar el bastón de mando a Vicente Marañón de Ciudadanos, partido que había conseguido 5 concejalías frente a las 7 del PP. In extremis, los dos ediles de Vox se desmarcaron de lo acordado por sus jefes en Madrid. Aunque el PP sí que votó a Marañón, De la Rosa, sumando los dos votos de Podemos, se convirtió en el nuevo alcalde de la capital burgalesa.
Dos días antes había calificado de fraude político el que luego fue un fallido pacto y reprochó al exalcalde popular Javier Lacalle «haber vendido como un mercenario la Alcaldía» y a Marañón el haber traicionado la voluntad popular. Ya en plena pandemia, el alcalde gobernó en minoría a golpe de bando y negociando medidas con todos los grupos hasta que Marañón pasó a convertirse en su vicealcalde tras un pacto de gobierno con el PSOE. Como estaba cantado, Lacalle dejó el acta de concejal para quedarse en el Senado y pasó los papeles y el papelón de líder de la oposición a su compañera del PP Carolina Blasco. También se fue el portavoz de Podemos, Raúl Salinero, dando entrada a Israel Hernando, que terminó tirando la toalla tras sus continuos rifirrafes con su 'compañera' Marga Arroyo. Rodríguez Vigil, tras destaparse algunos asuntos turbios en su gestión al frente de Licencias, se dio de baja en Cs, quedándose como no adscrito.
Ahora Blasco ha sido defenestrada por su partido como candidata a alcaldesa en favor de la senadora Cristina Ayala. A Marañón le ha sucedido otro tanto desde un Cs en declive que ha optado por su compañera Rosario Pérez. No queda mucho tiempo, pero a buen seguro que en las próximas semanas seremos testigos de más movidas políticas en la casa de la Plaza Mayor.