El término de la 'Tercera España' va más allá y trasciende el nombre de un movimiento político que, en los últimos meses, ha tratado de recuperar el espacio de un centro que parece no terminar de construirse. Pero no es de esto de lo que quiero hablarles sino del concepto, que en sí tiene una antigüedad mucho mayor. El gran poeta Antonio Machado escribió, en uno de sus poemas, que una de las dos Españas nos helaría el corazón. Estas dos Españas comenzaron a separarse a partir de nuestro trágico siglo XIX y en pocas ocasiones trataron de encontrase y fundirse, sino todo lo contrario, culminando su proceso de desencuentro en la tragedia de la Guerra Civil. Pues bien, ya al final del periodo decimonónico y en el entorno del 'Desastre del 98', comenzó a surgir en nuestro país un grupo de intelectuales que para nada se veían representados por los planteamientos maximalistas de esas dos Españas irreconciliables. Algunos de ellos estuvieron ligados al Regeneracionismo, pero no todos. Galdós y Pardo Bazán, entre otros, serán exponentes de este sentir que tendrá sus máximos representantes en algunas grandes figuras de la intelectualidad hispana del primer tercio del siglo XX, como los hermanos Machado, Marañón, Ortega y Gasset o Unamuno. Estos y otros pensadores creyeron que la II República sería el camino de construcción de esa nueva 'Tercera España', aunque muchos pronto se vieron defraudados por la deriva de los acontecimientos.

No desaparecería del todo la idea de una España alejada de los polos radicales que quedaron definitivamente consagrados tras la Guerra Civil. Figuras como Sánchez Albornoz y sobre todo el filósofo Julián Marías aparecen, desde el exilio o desde el interior de nuestro país, como destacados abanderados del concepto de una España democrática, liberal y de consensos. Son nuestros días, en que la polarización política y social está alcanzando cotas muy preocupantes, un buen momento para reflexionar sobre esa 'Tercera España' que, a mi juicio, más que un movimiento político concreto creo que debe ser una forma de entender y sentir a nuestra nación en la línea de lo mejor de nuestro pensamiento de los últimos 150 años.