"Las mujeres sólo tienen una labor en el deporte: coronar a los campeones con guirnaldas". Barón Pierre de Coubertin.
Estamos inmersos en la competición de la Eurocopa y en espera de otro encuentro de múltiples disciplinas, los JJ.OO.
Por suerte, lejos quedan aquellos años en los que a las mujeres se nos ponían toda clase de trabas para poder participar de pleno derecho y en las disciplinas que nos apetezca. He podido leer, por ejemplo, que solo nos era permitido participar en carreras de 800m porque se pensaba -pensaban ellos- que pasada esa distancia era un riesgo para nuestra salud y feminidad, que podríamos sufrir desprendimiento de útero, desarrollar enormes piernas y hasta nos podría salir pelo en el pecho. Barbaridades como estas -que solo pueden salir de mentes machistas- han quedado enterradas y las mujeres hemos demostrado nuestra capacidad para conseguir lo que nos propongamos.
Quizás la prueba más dura sea la Maratón, una prueba de resistencia hasta el agotamiento a pesar del entrenamiento previo.
Recordemos a Katrine Switzer, primera mujer en correr un maratón (Boston 1967): "Voy a terminar la carrera arrastrándome o a gatas si es necesario; porque si no la acabo, nadie creerá que las mujeres pueden hacerlo", su dorsal 261, es considerado un símbolo de lucha por los derechos de la mujer en el deporte.
A Joan Benoit, la primera campeona olímpica de maratón en los JJOO de Los Ángeles 1984. Madre de dos hijos -lo apunto por aquello del peligro de desprendimiento de útero-. O a Grete Waitz, ganadora de nueve ediciones de la Maratón de Nueva York entre 1978 y 1988. Esto pone de manifiesto que las mujeres no somos floreros ni figuritas de porcelana -como algunos desearían- sino que demuestra nuestra capacidad física y mental para conseguir los máximos galardones.
Deseo unos Juegos sin discriminación y con respeto. Disfrutémoslos.