El Polo de Desarrollo de Burgos ha cumplido este año su 60 aniversario. Su realización fue un hecho histórico para el progreso de la ciudad y significó la creación de 15.000 puestos de trabajo. Uno de ellos fue para mi padre. La multinacional italiana en la que trabajaba instaló aquí una fábrica que le hizo cambiar su 'bella' Italia natal por la 'brava' España. Pero el país que encontró, en aquellos lejanos años 60, distaba mucho de lo que él conocía. Por poner un ejemplo más gráfico, cuando salía con sus amigos por el Espolón ataviados con sus flamantes trajes cruzados, camisas entalladas, alegres corbatas de seda y gafas de sol estilo Mastroianni, el contraste con los habitantes de esta bendita ciudad era radical y todos los paseantes les miraban con extrañeza.
Y es que Italia estaba viviendo una auténtica edad de oro en la cultura popular. En la música, Domenico Modugno, Jimmy Fontana, Adamo… triunfaban con su lacónico romanticismo. El neorrealismo, ese reflejo de la vida cotidiana tamizado de amarga poesía en blanco y negro, se complementaba con los singulares universos cargados de genialidad de Fellini, Rossellini, Visconti, Pasolini… Eran tiempos que pertenecían a Sofía, a Claudia, a Gina, a Marcello…
Pero ese imperio, como el romano, cayó, y unas décadas después, al gran Marcello le sustituyó Bud Spencer y a De Sicca le sucedió Álvaro Vitalli, ese 'Jaimito' que perseguía opulentas 'maggioratas'; las baladas de Lucio Dalla, salvo excepciones, dejaron paso a una pegadiza música disco de la que, a pesar de su mediocridad, no conseguimos olvidar -por favor ¿alguien puede borrar de mi cerebro la música de Orzowei?- Y mientras, España siguió caminando hacia la modernidad. Mi padre volvió muchas veces a pasear por el Espolón, pero los diseños italianos habían quedado ya muy lejos, tanto como su juventud.
El tiempo ha hecho que los de 'la piel de toro' y los de 'la bota' se den la mano de igual a igual. ¿Qué prefieren ustedes, paella o pasta? ¿Tortilla o pizza? ¿Y si nos quedamos con lo mejor de los dos países? Utópico, nos parecemos demasiado. Otro día hablamos del gracioso que importó Tele 5, a las Mamma Chicho y popularizó el Pedro, Pedro, Pedro, Pe...