Miguel Ángel Pinto

La Mirada Ambiental

Miguel Ángel Pinto


Los lobos de la discordia

27/03/2025

La semana pasada mucho se ha escrito y oído sobre lobos. Unos, felicitándose porque ahora se podrán cazar. Otros, indignados porque esto supone un disparate y un retroceso en su conservación. Cierto es que hacen daño al ganado, pero no menos cierto es que -según datos oficiales de 2024- suponen el 0,16 % del total de la cabaña ganadera de Castilla y León y en Burgos tan solo el 0,3 % del censo ganadero, pero, en cualquier caso, pocos de los que realmente saben de lobos han expresado sus opiniones basadas en principios científicos y demostrables.

En primer lugar, cuando al lobo se le protege es porque cumple con los requisitos para ello, especialmente por su papel ecológico como depredador apical, por su interés científico y su valor cultural; ¿quién no conoce los cinco lobitos? En segundo lugar, matar lobos para controlar su aumento -un 8% en los últimos diez años- se ha demostrado que es la manera más rápida de aumentar los daños al ganado porque los grupos se desorganizan y no tienen la capacidad de capturar animales salvajes. Por último, apostar por un nuevo modelo enfocado en reducir los daños y en apoyar al ganadero aplicando medidas preventivas, es iniciar el camino hacia la coexistencia y la verdadera restauración del equilibrio natural. 

Pero los lobos valen votos y ayudan a desviar la atención de otros problemas de mayor calado (precios, relevo generacional…) que afectan más a nuestros sufridos ganaderos, a través de la polarización y una increíble cantidad de bulos, más fáciles de aceptar que los datos científicos. La protección del lobo es una cuestión de interés general y de defensa del equilibrio ecológico, además de un ejercicio de autodefensa social contra los discursos de odio que envenenan la convivencia.

Algunos prejuicios vienen de serie, y lo que se suele pensar de los lobos responde a este patrón. Esta retórica proviene del interés, del desconocimiento y de la intolerancia sin razonamiento alguno, limitándose a seguir a regañadientes la legislación. La toma de decisiones no se debe basar en prejuicios sino en una educación. El conocimiento y salir al campo son muy eficaces para construir una sociedad respetuosa con la Naturaleza y con las personas.

ARCHIVADO EN: Lobo, Naturaleza, Burgos, Precios