Hay eventos o actividades, musicales, culturales, festivas y de todo tipo, en los que la ubicación supone una parte importante de su éxito. No es lo mismo acudir a un concierto en un polideportivo que en Gredos, pongamos por ejemplo;el entorno siempre debe cuidarse en todo tipo de actos que vayan a congregar a miles de personas.

A pesar del ejemplo, no me quería referir a ningún evento musical, sino al recinto ferial, cuyas atracciones comenzarán a funcionar hoy mismo, aunque con el descontento de gran parte de los feriantes y de muchos burgaleses que no comprendemos las ventajas de tener las barracas en un lugar perdido entre Villatoro y Villalonquéjar. Este año cumplirá ya tres en este emplazamiento sin que se haya encontrado otro más cerca de la ciudad donde los jóvenes, las familias y todos aquellos que vienen a las fiestas puedan acudir por la tarde o por la noche, antes o después de los fuegos artificiales.

Los feriantes ya están alzando su voz contra esta ubicación, lejana y sin condiciones ni servicios para albergar unas atracciones modernas, lo que puede dar lugar a que poco a poco vayan dejando de venir a Burgos y la feria se quede moribunda. Esperemos que antes de que esto se produzca se estudien alternativas -seguro que las hay- que permitan disfrutar de las barracas sin tener que coger el coche, en un lugar accesible y fácil de llegar, con todas las comodidades posibles para ciudadanos y barraqueros.

Hace poco sucedió con el Curpillos, que este año se celebró en La Quinta por la imposibilidad de hacerlo en el Parral, y a mucha gente le gustó casi más el nuevo emplazamiento que el tradicional. Todo es cuestión de buscar, comparar y encontrar algo mejor porque ese recinto ferial no puede seguir ni un año más.