Te tienes que reír. Pero de verdad. Hay que intentar reírse todos los días y en todas las oportunidades posibles, porque parece la única vacuna frente a quienes parecen alimentarse de la moral que van robando al prójimo. El último intento de linchamiento en redes lo ha sufrido Lalachús, colaboradora de La Revuelta, que será copresentadora de las campanadas en Nochevieja, en un movimiento muy inteligente de quien decida estas cosas en Televisión Española, teniendo en cuenta los datos de audiencia que está alcanzando el programa.
Ha sido revelador asistir a los estallidos de cabezas, como aquellas que explotaban en Mars Atacks, no porque no la consideren suficientemente graciosa, que sería válido como opinión, sino porque la muchacha no se acerca a los cánones estéticos que hasta ahora ha cumplido la mayoría de las mujeres encargadas de pedirnos que no nos comamos las uvas durante los cuartos. Y sobre todo, ha sido divertido leer las explicaciones con las que algunos han intentado camuflar su gordofobia y el poquito o muchito de machismo que les queda. La propia aludida comentaba con inteligencia que desde que su madre le pedía que se pusiera una rebequita nadie se había preocupado tanto por su salud. A ver, que yo me entere: ¿si una mujer gorda presenta un especial navideño está fomentando el consumo de bollos rellenos de chocolate pero si el Ministerio de Consumo propone una campaña contra el consumo excesivo de azúcar está atacando la libertad individual? Aclárate, José Luis, vida mía.
Con todo, la cómica no es la única que ha sufrido la ira de quienes creen que las mujeres tienen que parecerse a un póster central de Playboy -qué buenas líneas le escribieron al personaje de Rosie O'Donnell sobre esto en Beautiful Girls-. La figura de Isabel Díaz Ayuso dentro de un vestido rojo, con más o menos tripa, a quién le importa eso, también les resulta molesta. Y antes de ellas estuvo Paula Leitón, una waterpolista impresionante, de físico y de palmarés, que dio una demostración de fortaleza mental ante estos cafres. A ver si nos vamos enterando de que La Sirenita es solo un cuento.