Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


Y tanto que pacientes

12/07/2024

Hay que leer despacito el artículo que ha elaborado Carmen Mendieta sobre el estado del centro de salud Federico García Lorca. Fíjense bien en la fecha de publicación del texto, justo debajo del título, para corroborar la data de julio de 2024.

Es un ejercicio de comprobación necesario para asegurarse de que no estamos en la España de los años 60, 70 u 80 donde casi todo estaba por construir y por desarrollar. No es el Burgos de entonces, todavía una pequeña capital de provincia donde hacía muy poco acababa de aterrizar la industrialización y con ella el progreso económico. No hablamos del Gamonal de aquellas épocas pretéritas, con las calles todavía por urbanizar, una escasez alarmante de colegios o institutos y una explosión demográfica ante la que no se daba abasto.

Estamos, repitan conmigo, en julio de 2024. Y resulta que los pacientes del ambulatorio del Silo llevan tres años recibiendo atención en barracones. Casetas de obra para dar una atención sanitaria en una capital de provincia de 180.000 habitantes. Un servicio público esencial que exige unas dignas condiciones higiénicas, de temperatura y un mínimo confort y privacidad, pues para eso acude uno o una malo o mala. Por necesidad.

Los pacientes, haciendo del sustantivo un generoso adjetivo calificativo, responden ante esta situación con notable educación, sorprendente resignación y la pena de quienes se saben desgraciados desde hace cinco años, cuando comenzaron las obras de un nuevo edificio al que no le ha mirado un tuerto, sino la Organización Nacional de Ciegos Españoles al completo (con todos mis respetos para el colectivo). 

El número de afectados es tremendo. Son 16.000 cartillas sanitarias correspondientes a vecinos de Capiscol, el G-9, la Ventilla y Villafría. Hace muchísimo tiempo que es evidente la enanez de las instalaciones. Era necesaria una gran inversión y había que hacerla cuanto antes. Pues nada. No hay manera.

Dénse una vuelta cualquier día por los alrededores. Verán trabajando, con suerte, a un puñado de obreros que se cuentan con los dedos de una mano, dos a lo sumo, avanzando a ritmo caribeño. Tanto que, como la propia Junta ha reconocido, no habrá nuevo centro de salud hasta 2026: primero hay que acabarlo el próximo año y luego equiparlo.

Pacientes, y tanto que pacientes, obligan a seguir siendo a quienes padecen esta vergonzosa desgracia.