Aprovechando que entramos en un nuevo año, voy a comentar qué nos podemos esperar en el 2025 con respecto a enfermedades provocadas por virus, y cómo protegernos de los problemas que nos pueden causar. Primero, como todos los años, el virus de la gripe causará un pico de infecciones respiratorias entre enero y febrero. La mayor parte de ellas no tendrá mayores consecuencias, serán simples catarros de mayor o menor envergadura, pero desafortunadamente, habrá algunos casos severos que requieran hospitalización, y que incluso causen el fallecimiento del paciente infectado.

Estos casos severos se darán sobre todo en personas mayores o con otros problemas adicionales de salud. La mejor manera de prevenirse de ello es la vacunación. Aunque es mejor haberse vacunado ya este año -aún no es tarde para hacerlo-. La vacuna no garantiza al 100% que si te infecta el virus de la gripe no tengas enfermedad severa, pero sí reduce la probabilidad de contraer enfermedad severa. Además de evitar la enfermedad respiratoria, causada directamente por la infección con el virus, la vacuna de la gripe también reduce el riesgo de infarto, ya que se ha demostrado que la gripe incrementa la posibilidad de infarto en personas con problemas cardiovasculares.

Además de un pico de gripe, es muy probable que haya también un pico durante los mismos meses de invierno de COVID-19. Al igual que la gripe, la mayor parte de la gente que se infecte no desarrollará más que un catarro. Y al igual que la gripe, la vacunación previa con las últimas vacunas de COVID-19, basadas en variantes más actualizadas, disminuirá la probabilidad de enfermedad severa. Hasta ahora, el virus SARS-CoV-2 ha causado picos de infecciones, no solo en invierno, sino también en verano. En 2025 veremos si finalmente se convierte en un virus estacional de invierno o si vuelve a causar brotes en el verano.
Otros virus de los que tenemos que estar pendientes son el virus de la fiebre hemorrágica del Congo y Crimea, y el virus del Nilo Occidental. En el 2024 hemos asistido a un aumento continuado de los casos causados por estos virus en España. Los dos virus son transmitidos por artrópodos, el de la fiebre hemorrágica del Congo y Crimea por garrapatas, y el del Nilo occidental por mosquitos. Ya que no existen vacunas ni tratamientos contra estos virus, la mejor manera de prevenir la infección es evitar picaduras de garrapatas o de mosquitos en las zonas donde estos virus son más frecuentes. El control de la población de mosquitos usando estrategias disponibles es un deber importante de las autoridades competentes, ya que reduce las infecciones, no sólo con el virus del Nilo Occidental, sino también con el virus del dengue, y de otros virus transmitidos por mosquitos que empiezan a hacerse más frecuentes en España debido al calentamiento global, que ha hecho posible que mosquitos que eran tropicales y que transmiten estos virus se hayan extendido a regiones de clima más temperado, como el de España.

Por último, ¿tendremos una nueva pandemia en el 2025? La respuesta es que casi seguro no, pero por desgracia no lo podemos excluir. Las pandemias son episodios infrecuentes, pero que cuando ocurren causan un gran daño, tanto en pérdidas de vidas humanas como económicos. Ahora mismo, los virus con mayor potencial, debido al aumento de casos en humanos durante el 2024, son el virus de la gripe aviar H5N1 y el virus de la viruela símica. Aunque no podemos decir con seguridad que uno de estos virus dé lugar a una pandemia, lo importante es incrementar las medidas que limiten su circulación en animales, sobre todo en animales que están más en contacto con humanos y que por tanto pueden ser más fácilmente un foco de infección para nosotros, como es el caso de las vacas infectadas con virus H5N1 en Estados Unidos. Por fortuna, sí tenemos vacunas contra virus H5N1 y contra virus de la viruela símica, pero hay que estar seguros de que estas vacunas van a estar disponibles rápidamente en el caso de que ocurra una pandemia. En cualquier caso, esperemos que este año 2025 sea abundante en salud para todos y que los brotes de virus que ocurran sean de poca importancia. Feliz 2025.