¿Quién necesita ficción con esta escandalosa actualidad? Están los informativos para verlos con palomitas. Y que me perdonen los puristas del cine, por lo de las palomitas, digo. Giros inesperados de guion, tramas peliculeras, juegos de poder, personajes que esconden caras B, juego de malos y buenos, buenos que quizás no lo sean tanto, malos fanfarrones, enemigos íntimos, amenazas, amantes, exclusivas, sobres de dinero… deben estar los guionistas pensando que a ver cómo superan esta alborotada realidad, este torrente de informaciones que nos dejaría ojipláticos si no fuera porque de tanto impacto estamos curados de espanto. Aunque el límite de nuestro asombro sigue derribando barreras.
Eso en el ámbito político y de los negocios. En otros, es casi peor. Cada dos por tres, desastres naturales terribles, destructores, calamitosos, apocalípticos, como si la naturaleza se cobrara venganza por nuestro estilo de vida, mandamases que hablan y actúan a las bravas, guerras… Todo tan intenso que abruma, entristece, preocupa y alarma. Por eso en medio de este panorama tantos días tan desolador alivia encontrar un rayito de sol de cosas buenas, como hacen cada día en Antena 3 Noticias, terminando con la buena noticia del día. Un balón de oxígeno. Y permítanme que barra un poquito para casa. Gracias Sandra. Una ventana que te reconcilia con la vida por donde asoman iniciativas solidarias, investigaciones científicas, historias de superación… Ahí de vez en cuando se cuela el Deporte. Esta semana lo hizo Rafa Nadal. Por su ejemplo, por su legado, por tanto, Rafa, por tanto.
No entraría en el apartado de buena noticia, eso sí, una despedida pelín chapucera y que desde luego no estuvo a la altura de la grandeza del protagonista. El lumbreras que pensó que era una buena idea empezar el homenaje entregándole un cuadro pequeño, cutre, con una foto como tantas, con un marco sin gracia… debería hacérselo mirar. De verdad, para eso, mejor nada. He visto también vídeos más emocionantes en cumpleaños de amigos por los 40 años. Pero que no me quiero yo centrar en esto, e imagino que se sucederán los homenajes para el mejor deportista de nuestra historia y uno de los mejores del mundo. Por algo los Juegos de París le eligieron para llevar la antorcha.
En este adiós descafeinado, él sí, Rafa, como siempre, estuvo perfecto. Aunque dolido por la derrota, no se olvidó de nadie. Humilde, agradecido, cuando somos los demás los que tenemos que estar agradecidos a su grandeza, su ejemplo, su pasión, su orgullo español, su tenis, su deportividad, su sensatez, su sencillez, sus 5 Davis, ¡sus 22 Grand Slams! Y así, hoy a pesar de Alcaraz, que es otra bendición, en esta primera semana D.R. nos sentimos un poco huérfanos.
A mí, como a Federer, de Rafa me encanta hasta cómo coloca las botellas de agua 'como soldados de juguete en formación'. Y cómo no, esa frase «quiero que se me recuerde como una buena persona».
Así definen también todos los que le conocen a Jesús Navas. Otro deportista que con menos de 40 años tiene una vida por estrenar y que sólo despierta admiración, tal y como pude comprobar esta semana estrenando su cumpleaños en un programa de radio homenaje al duende del Pizjuán.
Me impresionó escucharle contar esos dolores de cadera que le invalidan después de un partido hasta para caminar. Es la cadera la que le retira. Por él seguiría jugando al fútbol siempre. Como Rafa al tenis. También es su cuerpo el que le obliga a decir adiós. Navas es feliz con un balón. Nadal con una raqueta. Y al final, de Felicidad va la vida. No es fácil renunciar a ella. Tampoco luchar por ella. Los dos lo hicieron. Y buscando la suya nos regalaron la nuestra. Esos goles, esos raquetazos que tanto vamos a echar de menos. También lo suyo era de película. Y de las buenas. De los buenos además. ¡GRACIAS!