Uno de los pecados menos veniales cometidos por Castilla y León como comunidad autónoma desde que se aprobara su estatuto, ha sido el desinterés de sus nueve provincias por crear vínculos emocionales. En un territorio tan grande como interesante, por su pluralidad de paisajes, culturas y personas, no hemos sabido contar con la diversidad que nos caracteriza como aliada, en vez de como fuente de diferencias. Y precisamente porque la unidad no es uniformidad y no necesitamos compararnos con ninguna otra autonomía para sentirnos diferentes, porque ya lo somos entre nosotros, deberíamos hacer de esa diversidad una ventaja.
No sé si es porque aquí la Transición careció de entusiasmo autonómico; si porque, 42 años después, Burgos continúa con cierta sensación de culpa por no haber peleado con más determinación la capitalidad de la región o por pura estrategia política para gobernar un territorio tan extenso, lo cierto es que el sentimiento de pertenecer a una misma Comunidad siempre nos ha resultado ajeno. A título personal, confieso que cada 23 de abril se me abre el pecho cuando veo que el San Jordi catalán eclipsa la fiesta de nuestro orgullo regional. Por eso, cuando he conocido la decisión de la Junta de celebrar en todas las capitales de provincia conciertos para conmemorar el Día de Castilla y León, he sentido que, por fin, alguien movía ficha para que al menos los más jóvenes puedan empezar a sacudirse el complejo de segundones del mapa administrativo nacional. Además, el que estos conciertos tengan lugar la víspera del 23 de abril, con el fin de respetar la conmemoración popular tradicional de Villalar, a la que, por otro lado, habría también que potenciar, supone todo un acierto.
Ahora bien, no sé si la celebración de este año obedece a un impulso o a una estrategia planificada, ni siquiera si en el caso de ser la segunda opción se lograría frenar las aspiraciones leonesas del Lexit, pero fomentar en Castilla y León el espíritu de equipo debería ser más sencillo que conquistar la luna. Y como en aquel caso, podría decirse que supone un pequeño esfuerzo para la Junta y podrían obtenerse grandes resultados para la Comunidad.