En pocos días se han presentado dos libros sobre Burgos que centran la mirada en épocas diferentes. Burgos Ignotus. La ciudad escondida, escrito por Eloy López Zamanillo, que reivindica el pasado judío de Burgos, de ahí su presentación en el Centro Sefarad de Madrid, y Burgos, la ciudad del gótico, de Juan Ruiz Carcedo y René Jesús Payo, que se desarrolla siglos después.
Estos hechos dan idea de la intensa actividad cultural e investigadora de la ciudad, vinculada a la universidad, en cuya área de historia del arte trabaja el catedrático Payo, y donde se doctoró López Zamanillo, arquitecto técnico graduado en ingeniería de la edificación, con la tesis Génesis del núcleo urbano burgalés, cuyo subtítulo, revisión crítica sobre la evolución histórica estructural urbana de la ciudad de Burgos, es una declaración de intenciones.
Sería un lujo asistir a una conversación entre los autores de ambos libros, cuya lectura ya tengo como deber. Sus obras precedentes, garantizan un interesante intercambio de visiones sobre la historia de Burgos. López Zamanillo parte de una investigación genuina, desde la que levanta una narrativa que resulta una enmienda a la historia tradicional de Burgos, a la que se cuenta en la escuela. «La historia de Burgos y su desarrollo urbano va mal en cascada», decía López Zamanillo a este periódico.
Carcedo y Payo entroncan con la versión clásica, como se aprecia en sus múltiples obras. Precisamente, René Payo es el autor, junto a José Matesanz, de La Edad de Oro de la Caput Castellae. Arte y Sociedad en Burgos. 1450-1600. Quizás ambas visiones sean complementarias, puesto que Zamanillo se centra más en la alta edad media burgalesa, en siete siglos antes.
Estas obras y sus autores representan a lo mejor de la sociedad civil burgalesa, investiga y duda, que contrasta pareceres y opiniones, que no poraliza. De la que también forman parte los agricultores y ganaderos que se movilizan para defender sus derechos o ese genuino sector industrial, tan desconocido fuera de la provincia. Son la antítesis a ese animal que mató de un puñetazo a un semejante en La Flora y metió a Burgos en lo peor del Telediario.
Carcedo y Payo proponen acuñar la expresión Burgos gótico como marca que ayude a vender esta ciudad. La historia de Burgos es más rica, igual que Granada es más que la Alhambra; pero el gótico es elegancia y luz, la que intentan apagar las bestias violentas.