El estrecho de Bab el Mandeb, puerta sur del mar Rojo en la entrada por el Índico, es uno de los puntos estratégicos críticos para la economía mundial, como el cercano Ormuz y el más lejano Malaca o Panamá. Separa Yemen de Eritrea y Yibuti, países con decisiva presencia islamista proiraní, en perpetua guerra interna y externa agudizada ahora por la guerra de Gaza que enfrenta a Israel con los palestinos con efectos desoladores. La amenaza de un contagio de Gaza al estrecho de Bab el Mandeb como arma islamista de presión Occidente se vislumbra como posible; de hecho, como real, ya que varias empresas de transporte marítimo han suspendido el tráfico al Mar Rojo desviando sus barcos por la ruta de Buena Esperanza que supone retrasos de semanas y mayores costes.
Del orden de casi el 10% del petróleo exportado pasa por ese estrecho diariamente, cien kilómetros de largo por 30 de ancho; por tanto, fácil de atacar e inutilizar en pocas horas. La flota norteamericana patrulla por la zona, también la saudita y la británica con amplia dotación de recursos, pero sin garantía ni seguridad absoluta. Los yemeníes están en guerra con los sauditas y saben que su punto crítico reside en el bloqueo naval del estrecho, pese a las represalias que tendrían que afrontar.
El comercio mundial sufriría un grave trastorno si durante unas semanas el Mar Rojo dejara de ser una ruta segura y viable. No es probable que eso aplacara a los israelíes y favoreciera el alto al fuego en Gaza, (probablemente todo lo contrario), pero supondría una internacionalización del conflicto con consecuencias imprevisibles para la economía mundial, especialmente de los importadores de petróleo.
Si la palabra Bab el Mandeb aparece en los titulares de los próximos días estaríamos ante un aumento del riesgo de recesión y de subida de los precios energéticos con efectos muy negativos sobre la inflación. Un conflicto adicional a los actuales complicaría el panorama global con aumento de la inestabilidad e inseguridad. La cerilla está prendida, aunque no necesariamente acabará en incendio. Sólo es una posibilidad.