Hace unos días, Arturo Pérez Reverte, persona ilustrada donde las haya, en una interesante entrevista comentó una frase con la que estoy muy de acuerdo: «Es un error dejar la gestión de un episodio como la DANA en manos de los políticos».

En los tiempos actuales, los políticos llegan a lo más alto obedeciendo a su partido, estando calladitos para no ser molestos para el aparato y, con absoluta hipocresía, votando incluso en lo que no están de acuerdo ética y moralmente, con tal de no ser un verso suelto en el partido político que les da de comer... También otros cargos de responsabilidad a dedo por ser amiguete de alguno. De ahí la incompetencia resultante. Lo de perder el sillón no les gusta, ni cuando la lían parda, porque aquí no dimite absolutamente nadie, solo están a tirarse los trastos.

Con estos mimbres, es normal que los ciudadanos nos sintamos desprotegidos y que no nos fiemos de las directrices que nos da un consejero autonómico o un ministro. No nos sentimos seguros porque han demostrado incompetencia y, lo que es peor, tacticismo y sectarismo. Si lo de Valencia pasa con un presidente del mismo partido del Gobierno, todo hubiera sido diferente, no porque ese presidente hubiera sido más competente, sino por ser del mismo partido.

Es importante entender lo que han dicho los españoles en una reciente encuesta de Metroscopia después de la DANA. El 91% se siente protegido por su familia, el 87% por sus amigos y el 74% por la empresa en la que trabaja.

En el lado contrario, la parte política, solo el 26% se siente protegido por el Gobierno central y el 38% por su gobierno autonómico. Como empresario que soy me he alegrado al ver que el 74% se siente protegido por la empresa en la que trabaja, muy por encima del 26% de protección que sienten por el Gobierno central, pero da la casualidad que la ministra Yolanda Díaz no hace más que darnos lecciones a los empresarios de cómo tenemos que hacer las cosas.