Y dicen que la política está desprestigiada, que no hay relevo generacional en los partidos, que no logran conectar con los votantes, que crece al abstención y que cada vez es más difícil componer las listas electorales. No me extraña, a la vista de la imagen que los políticos más o menos profesionales dan. Me da la impresión de que sólo se esfuerzan en mostrar su mejor cara en campaña electoral y entre citas con las urnas se olvidan de que están en el cargo en el que están por sus ciudadanos, para sus ciudadanos, y tienen que demostrar un cierto nivel moral y de compromiso.
Pero compromiso con los que les han votado y con los que no, con todos sus vecinos, con toda la sociedad. Digo esto porque las agendas políticas están llenas de puntos de colisión. Los argumentarios se componen de acusaciones, críticas, descalificaciones e insultos, más o menos elaborados. El clásico «¡Y tú más!» de patio de colegio. Da igual que sea la gestión de la emergencia por la DANA o un pleno municipal.
Los vecinos/votantes se hartan durante cuatro años de ver estos comportamientos, mientras no ven mejoras en su calidad de vida, en las infraestructuras necesarias para su zona, en las herramientas para el futuro de sus hijos. Sólo hay declaraciones cruzadas, acusaciones más o menos elaboradas, salidas de tono impropios de unos representantes públicos. Véase como ejemplo el «puto jeta» que se escuchó en el último pleno de Aranda de Duero, píldora que sirve para ilustrar la bajeza de la política actual.
Señores concejales, diputados, procuradores, diputados, senadores y demás cargos públicos: Los ciudadanos de a pie queremos que trabajen, y si es todos juntos mejor, para avanzar como sociedad. Dejen la pose de campaña para cada cuatro años. Por sus hechos les conocerán, no por sus exabruptos más o menos elaborados.