El PNV lleva años dando la matraca con que el Estado traspase a Euskadi las competencias de la Seguridad Social (SS), la única máquina de recaudación y pago que aún tiene el Estado en el País Vasco. Una reivindicación que sirve para todo tipo de demagogias, que quedan al desnudo cuando se analizan los datos.
En octubre pasado, el Estado español pagó a 10.085.672 personas su nómina de jubilación, incapacidad, viudedad, orfandad y favor de familias, de las que 519.253 son vascos. El importe total de esa paga suma 12.075 millones al mes para toda España, 852 millones para Euskadi, región que tiene la pensión media más alta, 1.484 euros, frente a 1.198 euros de la media nacional. Álava es la única provincia que supera los 1.500 euros (1.286 euros en Burgos).
La SS es la empresa más grande y ruinosa. Las cotizaciones sociales no cubren lo que se necesita para pagar a los pensionistas y, en 2022, el Estado generó un déficit de 27.695 millones, de los que 3.685 millones son del País Vasco, dinero que fue inyectado por el conjunto de los españoles. Esa cantidad está lejos de compensarse con el mecanismo del Cupo Vasco, por el que Euskadi tan solo paga 1.467 millones al conjunto del Estado, cantidad que está blindada hasta 2027. Por tanto, la región más rica de España recibió el año pasado un neto de 2.218 millones de la caja común.
Si esto es así y, además, tiende a empeorar por el mayor envejecimiento de la población en esta comunidad, ¿por qué el PNV insiste en que se le transfiera el agujero de la SS?, algo que efectivamente contempla el Estatuto de Guernica y niega la Constitución, que consagra el principio de unidad y solidaridad.
Aquí surgen dos teorías. Por un lado, están los que opinan que todo es paripé para contentar a la parroquia nacionalista e indepe y presentarse como víctima de ese Madrid que no quiere traspasar ni las competencias pactadas. Por otro, los que creen que el nacionalismo está dispuesto a asumir el coste económico, si con ello logran que desaparezca el Estado de Euskadi. Esto permitiría 'una secesión por las malas', como asegura Ángel de la Fuente (FEDEA), uno de los economistas más reputados de este país. Quién sabe, lo cierto es que este traspaso ni se menciona literalmente en el acuerdo PNV y PSOE para investir a Pedro Sánchez, pese a lo que se haya podido leer y oír.