Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


Tirarlo todo

14/07/2023

Y a sé que forma parte del teatrillo de la política y que nunca hay que tomárselo demasiado en serio. Ni cuando prometen que van a hacer ni cuando juran que desharán. Pero resulta descorazonadora la retahíla de titulares de los últimos días, en los que se anuncia que el nuevo equipo de gobierno municipal va a cargarse diversos proyectos en marcha porque los anteriores todo mal y el sanchismo y todo eso.

La eternísima remodelación del Mercado Norte, el proyecto de Burgos Río o también la peatonalización del tramo alto de Fernán González han sido víctimas del cambio de Corporación y se anuncia sobre ellos un 'quieto todo el mundo' que me temo sine die.

Mucho más allá de si hay o no razones para echar al fondo del cajón lo que llevaba meses fraguándose, lo que denota es la falta clamorosa de un proyecto de ciudad que deje claros a todos los partidos políticos, mande quien mande cada cuatro años, hacia dónde tiene que dirigirse Burgos.

No hay nada peor para el balance de un alcalde o alcaldesa que el mantra de 'no hecho nada'. Eso es demoledor de cara a las urnas, como bien ha podido comprobar Daniel de la Rosa. Al mismo tiempo, Cristina Ayala también sabe que en cuatro años no da tiempo a rematar las grandes actuaciones, mucho más si los proyectos empiezan de cero y tienen que volver a someterse a la desesperantemente lenta burocracia de la Plaza Mayor.

Por eso tirarlo todo no puede ser una opción, más aún cuando incluso se desconocía el resultado de lo que se estaba elaborando, como sucede por ejemplo en el caso de Burgos Río. Es más inteligente analizar, modificar, adaptar, abaratar o encarecer según los gustos en lugar de decir que todo lo anterior era un desastre y que aquí vienes tú a solucionarlo, volviendo a plantearlo desde los cimientos.

Cualquiera con un mínimo de experiencia municipal sabe que en una sola legislatura no se remata lo mínimamente ambicioso. No se puede construir ninguna gran dotación, no se puede abordar ninguna peatonalización ambiciosa (ay la calle Vitoria, nueve años después de los disturbios) y tampoco se desbloquea un contrato tan complicado como el del espacio comercial tradicional más importante del centro histórico.

Si caen en el error de volver a empezar de cero, en 2027 seguiremos leyendo lo mismo.