Lucía del Mazo tenía 22 años cuando la mataron una madrugada de 2018. J.M.A. conducía un todoterreno Porsche Cayenne por la avenida Castilla de Aranda, sin luces, bebido (0'94 mg/l) y con una velocidad muy superior a la permitida en la vía. No se percató de que le precedía un Renault Megane, por lo que impactó contra él y lo desplazó casi 90 metros hasta hacerlo colisionar contra un árbol y una señal de tráfico. Dentro iba Lucía. Fue trasladada al hospital, pero acabó falleciendo. Sobrevivieron su marido y su hija de 2 años. En 2021 el responsable fue condenado por un delito de homicidio por imprudencia grave a 2 años de prisión, pero no ha puesto un pie en la cárcel ni lo hará. Con el Código Penal en la mano, se enfrentaba a una pena máxima de 4 años de prisión, pero la jueza consideró un atenuante «muy cualificado» que hubiera abonado 60.000 euros a mayores de la responsabilidad civil que le pudiera corresponder. También valoró notablemente el ¿estratégico? arrepentimiento mostrado. Y con todo, quien acabó con Lucía, no teniendo antecedentes penales, ha logrado evitar la privación de libertad. La familia de la joven ha recurrido hasta el Supremo, pero de nada ha servido. Finalmente, es la última noticia, el condenado solo tendrá prohibido conducir durante 4 años y deberá realizar un curso formativo de educación vial.
No alcanzo a entender el especial valor que se ha otorgado a la pasta en un caso en el que la cárcel parece incuestionable. El dinero no es un problema para alguien que pone sobre la mesa 60.000 antes siquiera de saber qué indemnización tendrá que asumir. Sin embargo, la magistrada lo consideró un gran esfuerzo, sosteniendo además que el dinero es la única manera que existe para reparar a la familia y que las penas no se imponen en función del dolor causado. Solo estoy de acuerdo en lo último. Las penas han de imponerse en función del daño causado. Porque para el dolor nunca habrá pena suficiente. Para el daño sí está tasado el castigo, y aquí el daño es extremo, dado que se acabó con la vida de una chavala que tenía todo por delante. No, la justicia no es justa por definición, la hacen justa o injusta quienes la interpretan e imparten. Mi apoyo y mi abrazo para la familia Del Mazo Puertas.