Con gran regocijo hemos acogido muchos burgaleses la concesión del Báculo de Oro de San Lesmes de este año a Cristino Díez. Me consta que este popular reconocimiento es uno de los que más ilusión le ha producido, dentro del amplio número que posee, por venir de quien viene. Comprendo y valoro la tremenda dificultad que ha tenido el jurado para fallar este premio en el que otros notables candidatos, también merecedores del galardón, se hallaban muy bien posicionados. Es Cristino uno de esos personajes imprescindibles de la ciudad de Burgos. De ese tipo de hombres que dejan huella en el presente y que, sin duda, pervivirán en la memoria colectiva del futuro.
Muchos son los rasgos que adornan su poliédrica personalidad. Como historiador del arte debo reconocer su faceta como artista creador, recorriendo su producción todos los registros de la pintura y la escultura, lo que le ha llevado a ser reconocido no sólo en su tierra natal sino fuera de las fronteras burgalesas. Junto al arte con mayúsculas, nuestro artista no ha tenido ningún remilgo en cultivar otras facetas de la producción plástica ligada a ese mundo que conocemos como las artes populares, habiéndose posicionado a través de sus muchas obras en este campo como uno de los referentes de las fiestas burgalesas.
Pero quiero ahora traer a colación otros tres de los rasgos que le adornan: el compromiso, la bonhomía y el optimismo. Compromiso con su ciudad y su entorno, en el que por encima de otras consideraciones priman la honradez y el no hablar nunca con medias palabras, como se evidencia al poco de conocerlo, no importándole nunca señalar que el rey está desnudo si de verdad le faltan sus ropajes. Bonhomía pues siempre está presto a echar una mano y aportar una solución a un problema, preocupándose generosamente por todas las personas que se precian en conocerlo, anteponiendo la amistad a cualquier consideración económica. Y optimismo vital que hace que plantee como pequeñas y salvables todas las dificultades. Por fortuna, Burgos cuenta con Cristino quien, dentro de sus muchos campos de actuación, siempre ha trabajado por la mejora de esta tierra.
¡Enhorabuena, maestro!