Esta semana se ha presentado en Aguilar de Campoo el documento Estrategia para la Sostenibilidad Demográfica y Territorial de Castilla y León elaborado por las cuatro universidades públicas de la región (Burgos, León, Salamanca y Valladolid) y coordinadas por la UBU. Era un encargo del gobierno de la Junta de la pasada legislatura, al que dio continuidad Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.
El informe es un buen punto de partida para que la Junta elabore un plan de acción, que debe arrancar por reordenar el territorio. El modelo de ordenación del territorio actual no ha sido completado y requiere medidas de reorientación o de aplicación obligatoria que incidan en las tendencias y movimientos de población. Únicamente 50 poblaciones pueden ser considerados centros prestadores de servicios, dice el documento en sus conclusiones, en una comunidad de 2.248 municipios y una enorme extensión y dispersión.
Juan Vicente Herrera hizo un intento de afrontar este reto y en 2017 se elaboró un proyecto de Ley del Mapa de Unidades Básicas (en Burgos se creaban 27), que luego llevaría aparejada la creación de unas Áreas Funcionales Estratégicas. En su último discurso sobre el Estado de la Comunidad, Herrera decía con amargura que esa normativa, que quedó en el limbo, permitía «ordenar el territorio rural: el que más lo necesita. Garantiza en él los servicios que son competencia y presta la Junta».
Han pasado siete años y la misma conclusión: la actual estructura administrativa municipal, provincial y autonómica es ineficaz e ineficiente. Es imprescindible una figura intermedia entre la diputación y el ayuntamiento, llámese comarca, mancomunidad, como se quiera, que sea la unidad administrativa y de prestación de servicios a los ciudadanos, que deberán contar con los medios necesarios para acceder a los mismos. Los ayuntamientos pequeños, que son la inmensa mayoría, tienen rotas las costuras.
Además, de la ordenación del territorio, si se quiere arraigar la población, facilitar la natalidad, y atraer a ciudadanos de otras regiones y países, el informe pide a la Junta que adecúe su propia estructura de Gobierno, de manera que facilite la aplicación de medidas trasversales centradas en la dinamización demográfica. El estudio y el encuentro de Aguilar son muy útiles, pero lo relevante es pasar de las musas al teatro, de predicar a dar trigo.