Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


Trump y el cuento de la lechera

06/04/2025

El esquema (relato) que Trump ha vendido a sus votantes y urbi et orbi reza que con sus aranceles va a recaudar cientos de miles de millones que permitirán «una rebaja histórica de impuestos a sus compatriotas, hipotecas más baratas, descenso de precio en la cesta de la compra, miles de puestos de trabajo y una economía más floreciente que nunca». Pues nada de nada, caca de la vaca. La historia y la ciencia nos dice que nada de eso se puede alcanzar a partir de los aranceles. 

El problema con Trump es que no le podemos tomar en serio, no es confiable, porque es un mentiroso compulsivo. Muy poco de lo que dice es cierto, miente con naturalidad, como forma de vida, y secunda las mentiras con teorías averiadas o promesas que no se van a materializar.
Imaginar que con aranceles se puede mantener el mismo volumen de intercambios es insostenible. A más precio, menos volumen. Y más precio por efecto fiscal (arancel) supone más coste a la cesta de la compra. No puestos de trabajo, ni crecimiento, ni más prosperidad. Es el cuento de la lechera, que quizá nadie ha sido capaz de contar al atrabiliario y ególatra presidente.

Del relato de Trump lo que sale es un serio aumento de la desconfianza respecto a los Estados Unidos por parte de los aliados y de los adversarios. La administración Trump no es fiable, les sobra arrogancia e ignorancia y eso supone un replanteamiento de las relaciones internacionales. 

Del fin de la II Guerra Mundial surgió un mundo normativo, respetuoso de las fronteras, renuente a la guerra y partidario de las relaciones basadas en leyes y tratados. Lo que Trump propone es otro mundo, una aparente ley del más fuerte, sin que quede claro quién es el más fuerte. Negociar con un bate de béisbol (rotulador grueso) en la mano puede ser el camino al fracaso. Los demás no llevan bate, pero pueden dar la espalda al matón y colocarse lejos de su alcance. Trump quiere hacer a Estados Unidos más rico a base de empobrecer a los demás. No es posible, no es viable. La mejor definición de lo ocurrido la ha dado el inteligente The Economist: El día de la ruina.