Javier Fernández Mardomingo

Cortita y al pie

Javier Fernández Mardomingo


Junio en Burgos

07/06/2024

Dicen en Córdoba, y me toca cerca, que no hay un mes para una ciudad como el mayo cordobés. Quién sabe. Puede que hasta tengan razón. Pero en este junio pronto en el que muere San Isidro y en Madrid las noches empiezan a pasar fatigas, uno se acuerda mucho del junio burgalés. Del de ahora y del de antes. 

Porque junio en Burgos siempre fue junio en Burgos. Y siempre fue maravilloso. Porque cuando los días son más largos, la luz de las noches más corta y se le pone al cielo ese puro azul de los Campos de Castilla de Machado, es ahí cuando Burgos se pone guapa a rabiar. 
Junio no es lo mismo que cuando niños, como todo. Pasadas las fiestas de Jesuitas y el torneo de la Salle, que era como la Champions del futbito. Era ahí cuando ya no temblaba uno al cruzar río por las mañanas. Era ahí cuando camino de clase había luz y poco después, de vuelta a casa, también. A las puertas de un verano interminable con el Parral esperando y San Pedro a la vuelta de la esquina. Con todos los planes del mundo pendientes y poco dinero para cumplirlos. Era ahí cuando se disfrutaba de verdad.

Y se disfruta. Porque Burgos en junio sigue siendo la mejor ciudad del mundo. Porque hasta los que vivimos fuera planeamos que, en junio, tal día, hay que verse. Porque viene no sé quién y vamos a comer no sé dónde. 

El recuerdo del junio de aquellos años será la realidad de quienes tienen hoy la edad de cruzar la Plaza de España hacia arriba asomando el sol por Gamonal con ganas de tomarse la última. Y de quienes madrugan para cargar hacia el Parral lo que carguen, que todos lo hemos hecho. Ponte ropa vieja que te vas a manchar seguro. Consejo de madre al canto. 

Pero junio sigue siendo junio, el Parral sigue siendo el Parral se celebre donde se celebre y la Plaza de España seguirá viendo amanecer a finales de mes a peregrinos en busca del último sorbo cruzándose con peregrinos camino de Compostela. 

Junio siempre será junio en Burgos. Ayer, hoy y mañana. Se disfrute ahora menos que antes o, tal vez, de diferente manera. Junio en Burgos es la patria, porque dice Max Aub que la patria de uno es donde ha hecho el bachillerato. Los junios de bachillerato en Burgos son incomparables a cualquier otra cosa. 

El Parral se cuece hoy y San Pedro se pone al fuego mañana. Y que venga quien quiera a discutir que desde ahora y hasta que las gentes se vayan a los pueblos y a la playa por San Fermín, no es Burgos el lugar más maravilloso del mundo. Aun viéndolo con la nostalgia del tiempo y la distancia.