Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


Espóiler

23/12/2024

Hoy resultaría intolerable tamaño desatino, así que los más jóvenes apenas podrán concebir el terremoto que provocó la revista Supertele en un brumoso febrero de 1982 al anunciar en primicia que Chanquete abandonaría el mundo de los vivos en el transcurso del siguiente domingo. La publicación de marras tuvo los santos arrestos de desvelar a los millones de españoles que seguían con devoción el serial Verano azul el fatal desenlace que aguardaba, en un capítulo aún por emitir, al viejo marinero en torno al cual se agavillaba una pandilla de púberes en el pueblo de Nerja, y para los anales ha de quedar que ningún televidente se decidió a arrimar fuego a la redacción de aquel semanario. 

Un caso muy similar, aunque circunscrito este al ámbito estrictamente doméstico, se produjo en el hogar de un servidor algunos años después, cuando, en mitad de un pase televisivo de la primera entrega de La guerra de las galaxias, mi venerada mitad participó a nuestra progenie las razones por las que resultaba de todo punto inconveniente que Luke Skywalker anduviese requiriendo de amores a la princesa Leia, y el papel que desempeñaba el siniestro Darth Vader en todo aquel embrollo familiar. Tampoco en este caso hubo que lamentar daños de consideración, aunque las observaciones que despertó el desprecio de mi esposa por las reglas de la tensión narrativa no resultasen precisamente corteses.

Esa vituperable práctica de destripar relatos (los más castizos prefieren usar otro verbo, desafortunadamente irreproducible en un artículo que se atenga a las exigencias de un mínimo recato) se antoja hoy un anatema execrable, al extremo de que todo el mundo se cuida muy mucho de incurrir en él en este universo audiovisual nuestro; y, sin embargo, desaparecido de las costumbres sociales casi por completo, el habla popular ha dado en consagrar una palabreja para designarlo, «espóiler», bendecida hace unos días por la Real Academia como sustantivo digno de engrosar nuestro diccionario.

Para que el nuevo término no pierda su actual pujanza, uno se atreve a proponer que se extienda por analogía a todas esas revelaciones de secretos que se suceden a toda hora en el ámbito judicial, y que hacen que se reduzca nuestro interés por la pedregosa actualidad política patria. Que la fuerza nos acompañe.

ARCHIVADO EN: Terremoto, Pesca