La antigüedad, la rareza o singularidad y la artesanía a la que han sido sometidas son factores que incrementan el valor de cualquier joya, incluso de aquellas piezas que no están hechas de metales preciosos ni llevan incrustaciones de piedras preciosas. Este es el caso de la ciudad romana de Clunia, que, como las bicicletas, sigue siendo solo para el verano, con su ya famoso festival de teatro, con espectáculos de música, danza y circo, al que este año se suman los conciertos de Miguel Poveda y Carla Bruni.
Clunia, desde hace unas cuantas décadas, lleva colgado el cartel de 'joya de la corona' de la Diputación, que ha realizadas múltiples y cuantiosas inversiones, las más importantes relacionadas con la investigación científica del yacimiento y la recuperación de la ciudad, pero no acaba de dar con la tecla que ponga en el mapa turístico, nacional e internacional, este recurso que reúne todos los requisitos para transformar una comarca.
Esta joya, símbolo de la gran riqueza patrimonial que atesora esta provincia, lleva unos lustros esperando que llegue un buen artesano que la pula y resalte su belleza porque hasta ahora nadie ha sido capaz de hacerlo, a pesar de los intentos. Es como si los dioses y diosas romanos se hubieran puesto de acuerdo para torpedear los intentos para lograr que esta joya sea un elemento dinamizador de la cultura, el turismo y la economía de su zona de influencia. Y para muestra un botón, el nuevo centro de recepción de visitantes lleva seis años en obras y, en el mejor de los casos, no abrirá sus puertas hasta el próximo verano, en el que también llegarán a Clunia las bicicletas del plan de sostenibilidad turística, dotado con 2,4 millones, a los que hay que sumar los más de cinco del centro de recepción de visitantes. Un montante importante como para poder pulir esta joya que solo brilla con luz propia en agosto, como casi todo en esta provincia, y que está llamada a 'iluminar' el turismo de esta tierra durante todo el año, como las bicicletas, que ya se utilizan en cualquier época e incluso funcionan sin dar pedales… aunque en la Colonia Clunia Sulpicia la Diputación todavía tiene mucho que pedalear.