Hay situaciones y circunstancias a las que no encuentro explicación posible por mucho que lo intento y me pongo en el lugar del que las propicia, con o sin intencionalidad. La última tiene que ver con la situación del Tren Directo, ese que lleva más de una década durmiendo en el sueño de los justos o en el túnel de Somosierra junto a la bateadora que quedó sepultada en el mismo.
El mes pasado, Diario de Burgos denunciaba la desaparición dentro de los planes de inversión de Adif de partidas para la reapertura de esta línea y de la recuperación del ya tristemente famoso túnel, que impide continuar viaje a la capital del Reino, donde el Gobierno sigue esperando, sin mucha prisa, el nuevo estudio encargado a finales de 2013 sobre la viabilidad de la línea del Tren Directo, y que mucho me temo que vendrá a refrendar la tesis de los que consideran que la línea recta, si no pasa por Valladolid, no es viable, ni tan siquiera para mercancías. Pero mientras actúan y piensan de una forma siguen dando pasos que invitan a la carcajada más sonora si no fuera porque se trata de un asunto muy serio del que depende en buena parte el futuro económico de la Ribera del Duero y de la provincia.
No me digan que no es para reír, o echarse a llorar, enterarnos ahora que Adif sigue adelante con el proyecto para construir un moderno apartadero para trenes de mercancías en esta línea a la altura de Lerma, donde hace años el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias no tuvo ningún miramiento a la hora de demoler la estación de tren. Diez millones, en principio, es el presupuesto para este apartadero para trenes de mercancías que circulen entre Burgos y Aranda. Sin entrar a valorar este coste y el de la sustitución de algunas traviesas, la pregunta es qué sentido tienen estas inversiones sin despejar el túnel y poder llegar a Madrid.
Programar inversiones, redactar proyectos o empezar a ejecutar cualquier tipo de obra sin conocer el estudio de viabilidad de la línea es un sinsentido y más si, como desea el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible (todo un adivino que ya aventuró nada más llegar al cargo que el coste sería de unos 1.300 millones de euros), no es rentable, aunque para nula rentabilidad y despilfarro el de algunas líneas del AVE..., y de algún apartadero.