Una cosa es leerlo en el periódico y otra muy distinta verlo en la realidad. Ya sabía de la existencia de unas obras de construcción de un carril bici en la conocida como 'Ruta de la herradura', la que otros coloquialmente conocen como 'De la morcilla', y el otro día me acerqué a recorrerlas. Sobre dos ruedas, claro. Dando pedales, obvio.
La carretera BU-800, que dibuja un círculo de 15 kilómetros en el suroeste de la capital burgalesa conectando Cardeñadijo, Carcedo y Cardeñajimeno, va a contar dentro de unos meses con una hermosa vía paralela. Eso es un capricho de ricos, pero de los buenos. De los positivos.
No trataré de vender la burra de la movilidad sostenible, porque casi nadie lo usará para ir de casa al trabajo. Es, simplemente, un lujo de 3,5 millones de euros que nos podemos permitir porque supone ganar en calidad de vida.
Significará tener la seguridad garantizada en un itinerario muy de domingueros para darse una agradable vuelta con su poquito de cuesta, su paso por el emblemático San Pedro de Cardeña, su llegada o salida en Fuentes Blancas y su otro extremo en la Vía Verde del Parque Europa (por cierto, señores de Cardeñadijo, cuiden su tramo porque está de pena).
Será una inversión cuantiosa, claro, pero miren lo que les vuelan a todos ustedes de su nómina cada mes. A algún sitio tiene que ir a parar todo lo que el Estado y sus tentáculos recaudan para el bien común. Y piensen en la cantidad de despilfarros que se cometen con actuaciones mucho más superfluas.
No olvidemos, ojo, que en su día se emplearon más de 4 kilazos en el Paseo de la Isla sin que nadie lo notase. Esa es la medida de todas las inversiones locales.
Ojalá más actuaciones así, como este carril bici, donde la administración responda a una demanda preexistente y no se empeñe en adelantarse a la realidad como está ocurriendo con toda la parafernalia en torno al vehículo eléctrico.
Y tranquilos, que para lo que se quiere siempre hay dinero. Lo han demostrado mil y una veces. Si sobreviene una pandemia, surge un volcán o estalla una guerra se ponen en marcha alucinantes mecanismos de financiación con miles de millones en lo alto. No sufran, que los 3,5 millones del carril bici de La Herradura estarán muy bien empleados. Pequeños lujos del primer mundo.