El talento es uno de los bienes más escasos, y más si descontamos el perdido en el desarrollo del mal. Pues aun con todo, la humanidad desaprovecha muchísima inteligencia por culpa de las diversas taras que vamos acumulando, todas ellas disfrazadas de diversas maneras, como el egoísmo y la estulticia.
Hemos escuchado muchas veces la pregunta retórica de qué estará haciendo el inventor de la próxima vacuna. Si nos fijamos en los que desarrollaron la primera contra la covid encontramos algunas enseñanzas. Fueron la pareja de científicos alemanes hijos de inmigrantes turcos Ugur Sahin y Öezlem Türeci.
Los dos investigadores que salvaron al mundo de la mayor epidemia global en siglos se formaron con el apoyo de una sociedad abierta, inteligente y humana. Sin embargo, hoy la ideología que más crece en Alemania, la que acaba de ganar las elecciones en Austria y la que más grita en España, empujarían a Sahin y Türeci a su devolución a Turquía antes de alcanzar la universidad.
La semana pasada, la Fundación Dádoris entregó sus premios para que jóvenes estudiantes de bachillerato en España con expediente extraordinario y sin recursos económicos accedan a la universidad. Este curso tienen a 76 estudiantes, repartidos por todas las comunidades, once de ellos de Castilla y León. En seis años han conseguido que con sus recursos, todos de empresas y particulares, ni un euro público, se gradúen 27 jóvenes, uno de ellos burgalés.
El 51% de estos chavales es hijo de españoles y el 49% tiene al menos un padre inmigrante. La casuística es muy diversa, hay jóvenes que han llegado solos en patera, menores extranjeros no acompañados, los etiquetados como 'Mena' con desprecio por la ultraderecha, y también españoles abandonados por su familia en centros de menores. Todos son personas con un talento extraordinario, una capacidad de esfuerzo y sacrificio enorme, hasta en los peores contextos, y con valores.
¿Estará entre ellos el que invente la vacuna contra el cáncer? El objetivo de Dádoris es no perder una gota de talento, premiar la meritocracia y ayudar a que cumplan su sueño de transformar su vida y la de su familia, escapando del carril de la vulnerabilidad en el que habían caído por falta de recursos económicos. Queridos ultras: es más útil ayudar que odiar, si no lo hacen por humanidad, háganlo por egoísmo inteligente. Igual le salvan, de la muerte o el infierno.