La Junta de Castilla y León sigue sin dar respuesta a uno de los problemas estructurales más graves de la sanidad, el envejecimiento de las plantillas. Toda España necesita rejuvenecer sus equipos de médicos, pero más aún esta región, que es la que tiene los profesionales de mayor edad. Es urgente que se tomen medidas, puesto que 'fabricar' un médico requiere casi diez años de formación académica y práctica.
Los datos son elocuentes. El INE acaba de publicar las estadísticas de profesionales sanitarios colegiados y resulta que uno de cada tres médicos de Castilla y León tiene más de 65 años, frente a uno de cada cuatro de la media del conjunto de España. Burgos es la provincia con la plantilla 'menos' envejecida de la región, el 29,5% por encima de la edad mencionada, y Soria, tiene la más veterana, con el 36%. Si se añade a los que tienen entre 55 y 64 años, el 53% de los tendrá edad de retiro en una década en la comunidad.
El rejuvenecimiento de la plantilla del Sacyl no se soluciona con un elixir. La Junta debe afrontar el reto con valentía. Encima de la mesa tiene la petición de las universidades de Burgos y León para la apertura de sendas facultades de medicina que, junto con las de Valladolid y Salamanca, nutrirían de profesionales a la región.
La competencia por la captación de médicos empieza a ser global. Médicos formados en España se marchan a la Europa rica y facultativos de Latinoamérica y Europa del Este vienen a España. Esa competencia también es interna. País Vasco, Cataluña y Madrid captan profesionales formados en otras regiones. Son movimientos del sur, global o local, al norte atraídos por el sueldo, las condiciones laborales y las expectativas de desarrollo profesional.
Está demostrado que las universidades son clave para arraigar a los jóvenes en su territorio. La inmensa mayoría de burgaleses que se van a estudiar a Madrid encuentra trabajo allí y no vuelve más que en vacaciones. Si hubiera facultad de medicina en Burgos, para lo que también hacen falta médicos profesores, no habría pasado que el 75% de las plazas MIR de médico de familia quedaran desiertas en la última convocatoria. Las demandas legítimas de cada provincia no pueden inmovilizar a la Junta, que retrasa sine die una decisión urgente. Decidan y argumenten. El pueblo lo entenderá.