Carlos Alonso de Linaje

Crecimiento económico

Carlos Alonso de Linaje


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06/03/2024

Es imposible abstraerse de la información más próxima en el tiempo, sobre todo si desde hace algún tiempo se pretende hacernos ver que los nuevos modelos de comunicación han llegado para hacernos más libres. Hace ya unos años, Mark Zuckerberg puso como ejemplo a un pequeño pueblo andaluz como el primero en tener un gobierno totalmente participativo en la toma de decisiones locales; de tal forma que el Consistorio sometía a consulta popular mediante Whatsapp casi todas sus decisiones. A las pocas semanas, por motivos profesionales, compartí comida en Madrid con uno de los emprendedores de referencia en apps del momento. Él defendía como un avance social el poder someter a consulta popular casi todo, en contraposición a la democracia representativa actual. Le pregunté si él creía que nuestro país tenía más población formada, informada y con criterio propio o por el contrario, un porcentaje importante de la población poco informada, formada y bastante manipulable.

Que cada cual escoja su opción y reflexione si las decisiones tomadas por la mayoría de los habitantes en temas económico-sociales serían mejores mediante voto directo o mediante el modelo de representación actual. Parte de estas posibles dudas se han resulto con la puesta de manifiesto de las publicaciones de trols y la creación masiva de estos por los países que en estos momentos apuestan por una desestabilización global, poniendo en riesgo el modelo económico-social que conocemos. Las redes sociales y los medios online han venido para quedarse, por lo cual deberemos tener medios para contrapesar la manipulación a la que se nos intenta someter. Aún así, los medios de comunicación tradicionales también tienen su responsabilidad, sobre todo unida a la opinión cualificada que siempre nos han ofrecido sobre la realidad y que tanto se echa de menos en los últimos tiempos. Un ejemplo lo tenemos en los titulares sobre el problema de los horarios de la hostelería en España, donde no se hace hincapié en los derechos de los trabajadores o en la oportunidad de creación de empleo unido a jornadas maratonianas, sino que la solución parece estar en limitar la libertad de empresarios y clientes para hacernos aún mas obedientes.