Queridos 'Otros burgaleses'; llevamos 15 meses compartiendo la última página de este diario y os había pasado por alto. Un olvido imperdonable, prueba de mala educación, que así se titulaba aquella primera columna, dedicada, desde el respeto de las antípodas, al político con bote en Puerto Chico (Santander), una de las personas que más desprecia y criminaliza a los inmigrantes.
Qué sería de todos nosotros sin la labor que desarrollan los nuevos repobladores de la bendita España y la santa Castilla y León. El INE nos recordaba esta semana que en 2022 aumentó la población foránea en 727.000 personas en el conjunto de España, el mayor número en la última década, casi tantos como en los dos años previos a la pandemia juntos. En nuestra región, el crecimiento ha sido de 25.941, de los que 4.551 se han afincado en Burgos. El número de extranjeros en España supera ya los seis millones y los ciento setenta y dos mil en nuestra región.
Estas incorporaciones son vitales. Castilla y León tiene mal presente y ningún futuro sin rejuvenecer la pirámide de población. El año pasado nacieron en la región 13.135 personas y fallecieron 31.017, lo que da idea del drama. Gracias a los inmigrantes, aumenta el número almas que pueblan estas tierras.
Nuestros preciados 'Otros burgaleses' vienen a cuidar a las personas que más queremos y hacer los trabajos que despreciamos. Cada día se hacen cargo de abuelos y niños, de las labores en el campo y la ganadería, la construcción, la hostelería o la limpieza. No falta quien se aprovecha de la necesidad, para regatearles horas y los seguros sociales.
Pero el panorama evoluciona rápido y cada vez hay más extranjeros ejerciendo en profesiones inesperadas para ellos, como médicos, profesores de universidad o ingenieros. Pero también propietarios de muchos negocios, normalmente sacrificados, tanto en pueblos como en la capital.
Aun con todo lo que hacen, tienen que soportar estoicamente como se les utiliza para justificar la caída del nivel educativo en Cataluña en el informe PISA (vergüenza le debería dar a la Generalitat), o se les criminaliza, culpándolos de cualquier altercado o crimen, como acostumbra a hacer Vox.
Llegará el tiempo en que les adoremos, pues no funcionará nada a nuestro alrededor sin su trabajo y cariño. Felices Fiestas a todos, especialmente a los 'Otros burgaleses'.