Iñaki Elices

Iñaki Elices


Ajo y agua con el ‘tasazo’

05/05/2024

Lo del 'tasazo' de Aguas empieza a recordar a esas pequeñas estafas cibernéticas que, por el poco dinero que te sisan de la cuenta, nadie pierde el tiempo en denunciar. Porque si el incremento de la tarifa va a rondar el euro y medio o dos mensuales, ¿qué burgalés va a salir a la calle o poner el grito en el cielo para protestar por lo que parece, y solo parece, una minucia?

Comparado con el sartenazo que pegan al personal cada día que pasa por la caja de del súper, ese dinero se torna en fruslería. Pero el contexto de bonanza económica que se respira en la sociedad pública no justifica -más bien al contrario- el aumento de la tasa, por nimio que pueda ser. Es que todos los números desmontan los argumentos que están dando técnicos y políticos para explicar esa subida. ¿Que la empresa municipal es posible que atraviese en el futuro por problemas de solvencia?. Sí, como todas. Pero en estos momentos, las cifras son tercas. En el primer trimestre ha ganado 1,5 millones de euros; el efectivo en tesorería ha crecido en casi seis millones y ya dispone de más de 26 en caja; las inversiones previstas no llegan a 14 kilos para este año y, de ellos, más de 8 se van a financiar con fondos europeos. El Ayuntamiento está poniendo la venda antes que la herida. Lo malo es que el apósito lo van a pagar los ciudadanos. Y también las empresas, aunque a la FAE parece que no le importa demasiado.

¿Los accionistas de una empresa con liquidez votarían a favor de una ampliación de capital para acometer inversiones futuras que no exceden del dinero que hay en caja? Más bien exigirían un incremento de los dividendos y darían dos consignas a los administradores. La primera, que gestionen de manera más eficaz los fondos con los que cuentan. Y, segunda, que convoquen otra junta de accionistas cuando se acabe la pasta. A lo mejor en lugar de votar a favor de inyectar más capital ponen de patitas en la calle a quienes están al mando. Lo que pasa es que la masa accionarial de la Sociedad de Aguas está integrada por los vecinos de Burgos, que, lamentablemente, no tienen ni voz ni voto en esta fiesta. 

De modo que ajo y agua, nunca mejor dicho.