Las comisiones de investigación -como la que acaba de constituirse con el caso Prepay- raramente sirven para nada, pero es verdad que su sola formación y celebración ya representa un baldón para el gobierno que va a ser sometido a escrutinio. Prueba de ello es que mientras PP y Vox iban de la manita como buenos hermanos ambos partidos no quisieron ni hablar del peluquín.
Pero una vez que el bipartito se deshizo los de Fernando Martínez-Acitores no tardaron nada en modificar su postura. No dudaron en alinearse con el enemigo y no dejaron pasar la oportunidad inmejorable de poner contra las cuerdas a las primeras de cambio a sus antiguos socios, y así cobrarse una pequeña venganza por la deslealtad que -según Vox- cometieron los populares cuando echaron a sus cuatro concejales del Ejecutivo municipal.
Una vez aprobada la dichosa comisión había que nombrar a sus miembros. Y hete aquí que José Antonio López está en la lista de los nueve concejales que la integran, cuando se trata del edil de autobuses, el área que ha dejado escapar 850.000 euros del erario público por no detectar a tiempo que la empresa que gestiona las tarjetas del bus urbano estaba en quiebra e iba a entrar en concurso de acreedores debiendo al Ayuntamiento una 'millonada'. No se trata de que López vaya a manipular con su presencia las tareas de la comisión, se trata de una cuestión de imagen ante la ciudadanía. El responsable político del agujero económico no puede formar parte del 'tribunal' que intenta aclarar qué fue lo que ocurrió. Evidentemente debe estar a disposición del mismo para dar su versión de lo ocurrido, igual que muchos técnicos.
La alcaldesa de la ciudad, Cristina Ayala, alega que «aquí no se juzga a José Antonio López». Claro que no, pero de las conclusiones de la comisión sí debe desprenderse el grado de responsabilidad que ha tenido él -entre otros- en los hechos. Porque si no todo este supuesto ejercicio de transparencia democrática que ha puesto en marcha el Ayuntamiento se va a quedar en una pantomima. Y es de imaginar que nadie quiere tal cosa. O quizá sí.