Que se celebren varias ferias del libro a la vez y sólo poder ir a una es una puñeta. Pero tuve que elegir y, esperando que a los compañeros del gremio de Burgos les fuera genial, opté por la de Madrid. Uno de los objetivos era poder saludar y sorprender a autores que habitualmente vienen a nuestra casa.
En la Feria del Libro de Madrid, que se puede visitar hasta el 16 de junio, me encontré con Guillermo Galván que debo recordar que es el autor de La Virgen de los Huesos y último pregonero de las fiestas patronales de Aranda de Duero. Se hallaba firmando ejemplares de su última novela, El extraño viaje, que pronto presentará en la Ribera. Ilusión en el reencuentro con Marcos Chicot (finalista del premio Planeta 2016), muy vinculado a nuestra tierra por cuestiones familiares. De igual manera, gran satisfacción por poder abrazar a las autoras de En el Transiberiano, Sara Gutiérrez y Eva Orúe (directora de la feria) que antes habían venido a nuestra villa para presentar su libro y apoyarnos en la reivindicación del tren directo.
Hablando de trenes, los que se nos pasan. Renfe ha puesto en marcha por segundo año el Tren de la Cultura, que en esta ocasión ha trasladado a 12 escritores de Madrid a Valladolid, en colaboración con Grupo Planeta. Como dice la nota de prensa de la editorial, hay una «clara voluntad de descentralizar y movilizar la lectura en las sucesivas ediciones de la Feria». Esto lo digo yo: No tener tren supone no estar en el circuito cultural, además del industrial.
Y más oportunidades perdidas: en la feria hay casetas reservadas para los gremios autonómicos. Castilla y León está ¿representada? por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. El Ayuntamiento de Aranda de Duero es uno de los patrones de esta fundación. Como dato sólo voy a decir que no había ni un solo ejemplar del Cancionero Popular de Aranda de Duero. No hice ni fotos, porque me daba vergüenza.