Carmelo Palacios

Plaza Mayor

Carmelo Palacios


Enero seco

08/02/2025

Los gurús de la nutrición y la salud se han colado en nuestras vidas a través de las pantallas hasta un punto desconcertante. Resulta que el salmón tiene mucho mercurio, que gran parte de la carne viene de animales engordados con antibióticos y que las frutas y verduras debes lavarlas de una forma especial para no comerte los pesticidas. Por no hablar de los microplásticos o el teflón de las sartenes. Uno ya no sabe si comer carne, pescado, hacerse vegetariano o mandar todo a la mierda. ¿Qué es bueno y qué es malo?

Dentro de ese bombardeo informativo, no siempre veraz ni contrastado, hay una verdad absoluta: el alcohol y azúcar no le hacen bien a su salud. Vamos, que lo de que «una copita de vino al día es buena» tiene más pinta de un eslogan publicitario que de otra cosa. Ya siento ser yo el que traiga las malas noticias. 

Con esa premisa en mente, uno de los propósitos de inicio de año fue unirme a la iniciativa británica Dry January (enero seco), que consiste en estar todo el mes sin beber alcohol después de los excesos navideños. Allí, en Gran Bretaña, beben de verdad; no como aquí, así que a más de uno el cuerpo se lo habrá agradecido. No se trata, ni mucho menos, de un remedio para gente con una adicción, sino para bebedores esporádicos, de esos que en los reconocimientos médicos de las empresas llaman 'de fin de semana'. 

En definitiva, una vez pasadas las fiestas, me puse a ello. Como no bebo mucho -tengo en casa cervezas caducadas-, no me ha supuesto casi esfuerzo, aunque uno se da cuenta de que el alcohol está presente en nuestras vidas de una manera sorprendente al socializar: unas cañas después del trabajo, tomar el vermú, comer fuera… ¿Te lo pide el cuerpo o es casi más por imperativo social?, ¿está mal visto no beber?, ¿cuál es la alternativa?, ¿refrescos azucarados o el nada convincente sabor de la cerveza 0,0? Un botellín agua, por favor. Al menos, siempre que sea enero.