Que el mundo de la política no atraviesa por buenos momentos a nivel de imagen es un hecho más que incontestable desde hace años. Desafección ciudadana debido a problemas sin resolver, tensiones entre territorios, adoctrinamientos, beneficios fiscales para con según qué zonas en detrimento de otras (nada más ver cómo se ha venido tratando a Burgos por los sucesivos gobiernos…) son temas y argumentos manidos, pero siempre a la orden del día. Vamos que, en definitiva, y como dirían los jóvenes del siglo XXI, todo mal.

Ahora bien. Por desgracia, y como suele suceder siempre o casi, querido lector, lo que no mejora suele tender a empeorar. Por lógica aplastante además. De hecho, algo de eso ha venido ocurriendo ya con el electorado de todo el país quien, a la vista de la nula defensa e inoperancia de sus intereses, ha preferido hacer emerger partidos diferentes atomizando el voto en un desmarque necesario y efectivo a nivel práctico, pero no siempre útil en vistas a largo plazo.

Y para muestra, un botón. Además, sin tener que irnos demasiado lejos. Casos como la sempiterna UPL leonesa, Soria ¡Ya!, Por Ávila o más recientemente Sentir Aranda, parecen haber hecho saltar las alarmas de la 'desobediencia civil' en las urnas en las últimas legislaturas (las que quieran ver los partidos ya que, por desgracia, autocrítica y reflexión no suelen venir en sus diccionarios). Pero, ¿y por qué?, dirá… Pues por olvido y desidia. Directamente. O, en algunos casos, como el vivido la pasada semana en el ayuntamiento ribereño (ese ha sido al menos el discurso público del propio edil Alberto Marcos), por obstrucción sistemática. Un movimiento que algunos sostienen obedece más bien a intereses de índole personal, pero que en cualquier caso deja al PSOE con cuatro concejales en pleno. Uno, como no sabe, pues no juzga. Lo que sí está claro es que, cada vez más, la sociedad está comenzando a hartarse de los juegos de sillón y de poder. Y es que, lo único que quiere, es tranquilidad, progreso, y un futuro mejor que dejar a los que vengan. Mensaje que algunos deberían recoger y hacer suyo si quieren volver a recuperar la confianza de los ciudadanos.