Mira por dónde, el affaire Ábalos/Aldama/Koldo y demás compañías ha puesto en el foco mediático a la España rural («vaciada» es realmente el término más escogido por los medios de comunicación nacionales en sus titulares e informaciones, pero me niego a secundarles).
Parece ser que veían negociete también en esta parte olvidada del país. Me gustaría conocer al detalle lo que habían ideado, porque lo poco que ha trascendido (crear una serie de pueblos temáticos para atraer población) pone los pelos de punta.
O sea, que están los propios municipios, los grupos de acción local, los agentes de desarrollo rural, asociaciones y algunos organismos, advirtiendo desde hace tiempo que no quieren convertirse en parques temáticos y luchando por desestacionalizar visitantes (en los lugares más turísticos) o atraer familias y/o emprendedores con posibilidades de arraigo (en esos mismos lugares y en el resto), y desde el poder político y económico se va fraguando lo contrario, buscando el negocio fácil para los de siempre en lugar de soluciones.
Confusa me tiene también el nombre escogido para el proyecto rural de Begoña Gómez, Hola, pueblos, cuando ya existe una plataforma con denominación muy parecida (Holapueblo) ejecutando acciones de atracción de repobladores desde 2019. Y como la señora cuestionada e investigada está relacionada desde hace tiempo con la Feria Presura (hasta ahora una plataforma para dar visibilidad a lo rural), no sé yo si no caerá porquería en lugar de ayudas sobre la España rural.
Todo este sinsentido que sale a la luz por otros motivos no debería desviarnos del foco principal, y podríamos esforzarnos más todos en apoyar la lucha y el trabajo de los agentes que están pisando día a día el territorio, haciendo oídos sordos al ruido que se está levantando y milagros con las migajas que lleguen.