¡Hoy sale el Gordo!, gritaban por las calles los vendedores de lotería hace años, hoy sale el Gordo, decimos también nosotros, hoy es el día del sorteo de Navidad y el día de la salud, que, al fin y al cabo, es lo que importa, aunque lo digamos a modo de consuelo cuando la suerte nos es esquiva, que es casi siempre. Pese a los pronósticos de los videntes, no hay quien acierte qué número va a salir. Rappel y otros visionarios del mismo corte han aventurado que este año el Gordo será para el 88982, que es un número 'vibrante', y otros adivinos fundándose en la numerología, apuntan al 40020 o al 00420, que no lo ven muy claro, aunque por ahí van los tiros.
Benito Pérez Galdós hizo que tocara el Gordo en Fortunata y Jacinta, porque don Baldomero jugaba el 44408 y como practicaba la costumbre española de compartir, regó de reales las páginas de la novela. Galdós era jugador convicto y confeso de lotería y enviaba décimos a su hija por correo, avisándole de que le mandaba unos cangrejos, aunque pocos, para que el cartero no se diese cuenta, porque, al parecer, olían el contenido de los sobres sin necesidad de escáner. Galdós soñaba con un premio que aliviase su maltrecha economía, aunque nunca lo consiguió, y mejor fue así, porque la suerte llega a veces pareja con la desgracia. Así, Emilia Pardo Bazán escribió un cuento, Sombra macabra, en el que a don Donato le toca el Gordo y cae fulminado de la impresión. También, y por obra y gracia de Valle Inclán, Max Estrella compró un décimo dando en pago su capa, y fue agraciado con el Gordo, pero para entonces ya había muerto y lo cobró su compañero Latino de Híspalis. Y desgracia, aunque de menor calibre, fue la de Manuel Alarcia, burgalés que emigró a Cuba en 1894 llevando en la maleta unos décimos del 08653, que había comprado en la Administración González, del paseo del Espolón y repartió entre los paisanos afincados en la isla. Cayó el Gordo en el numerito, claro, por eso traemos al bueno de Alarcia a estas líneas, pero a él no le tocó ni un céntimo porque no tuvo la previsión de quedarse con unos duros de lotería. Así es la suerte, así la literatura, así es la vida. Visto lo visto y por si las moscas, lo mejor es que el Gordo pase de largo y tengamos salud, mucha, mucha salud.
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