Y usted, ¿qué haría para mejorar su barrio? Ante una pregunta tan abierta las respuestas pueden ser infinitas. Cada uno tenemos una escala de valores diferente y percibimos una serie de necesidades, pero seguramente coincidamos en saber discernir entre lo que es urgente y lo que no. Sobre ello se trabaja desde los cinco distritos de la ciudad de Burgos, aunque sin éxito.

La filosofía de estos órganos de participación ciudadana es sobresaliente, pero la falta de resultados hace plantearse el sentido real que tienen. En tres meses finaliza el año y con los deberes hechos desde abril, cuando las juntas de distrito presentaron sus prioridades, las inversiones brillan por su ausencia con proyectos sin ejecutar.

¿Qué falla? ¿Cuestión de burocracia? Es sabido que el ritmo para todo lo que tenga que ver con papeleo no es el que marca el calendario presupuestario casi nunca, pero si se conoce de sobra la lentitud asociada a los procesos administrativos habrá que buscar alternativas para tramitar lo urgente y evitar que problemas sencillos pero prioritarios también caigan en saco roto. En la agilización de estos procesos menores seguramente sí se pueda actuar desde el seno de la Administración, más cuando no es la primera vez que ocurre y la implantación de los distritos es obligatoria por la Ley de Grandes Ciudades.

Parece necesario buscar su efectividad y evitar el desánimo de esos vecinos voluntarios que desde los distritos son altavoz de lo que pasa en su barrio, admirable en una sociedad que vive deprisa y en la que la participación asociativa no abunda. Los barrios necesitan de la Administración, no solo para acudir cuando es fiesta, como este fin de semana, con cuatro barrios celebrando su patrón.