Ana Castellanos

Ana Castellanos


A ver si levantamos cabeza

17/01/2025

La crisis del ladrillo y la negritud absoluta que oscureció la economía de Las Merindades a partir de 2011 y, sobre todo, en 2013 parece que se nos ha olvidado. Pero si miramos a los lados aún son visibles sus consecuencias, porque todavía no hemos levantado la cabeza del todo. Un ejemplo son las empresas de construcción, que no han recuperado el número de trabajadores que perdieron y que aún no se atreven a promover obra nueva ante el volumen inmenso de viviendas que aún queda por vender.

Es cierto que los datos de paro han ido mejorando, pero no han regresado a los que se registraban hace dos décadas. Llevar casi 25 años informando en Merindades te hace mayor, pero también te da perspectiva. Y es que según el último dato de enero sumamos 1.008 parados, la mitad que en el agrio enero de 2013. Pero aún no nos acercamos a los eneros de 2000 a 2008, en que se contaban 500, 600 o 700 parados como máximo, aun siendo muchos más los que vivíamos en la comarca.

Los polígonos industriales, en los que parece haberse detenido el tiempo durante la última década, son el reflejo de una economía que no va al ritmo del estratosférico crecimiento nacional. Es cierto que el turismo se multiplica y alegra las cajas de comercios y negocios de hostelería. Cada vez vienen más viajeros a Merindades y de más lejos, pero al mismo tiempo se encuentran con menos restaurantes y hoteles donde disfrutar, porque las jubilaciones se encuentran sin relevo en este sacrificado sector.

Los hilvanes para tejer una mejora de la economía local son difíciles, sin duda. Yo, por pedir, aunque ya se han pasado los Reyes Magos por aquí, rogaría a la Junta de Castilla y León que invierta en la modernización de la CL-629 a Vizcaya. Vamos a empezar poco a poco este 2025 a ver si levantamos la cabeza.