Hoy cuento en la sección de Merindades que la Junta de Castilla y León ha licitado la redacción del proyecto definitivo del Centro del Origen del Español y en meses podrían comenzar sus obras. Pero es de bien nacidos ser agradecidos. Y es que hasta llegar aquí han pasado 27 años de trabajo de la Asociación de Amigos de Valpuesta, en cuya directiva sigue Paco Blanco, muchos años su presidente, y que tuvo entre sus fundadores a Koldo Usín. Ambos y muchas otras personas han trabajado para conseguir que esta pedanía del Ayuntamiento de Berberana alcanzara el lugar que merecía en el estudio del castellano, a tenor del valor innegable que tiene en el nacimiento de esta lengua.

En los presupuestos regionales de 2006 ya se contemplaba una partida con el fin de comprar la Casa del Arcediano y transformarla en el Centro de Interpretación del Castellano, pero nunca se materializó. Koldo Usín, que en 2009 fundó la Asociación Platero y Valpuesta, propuso entonces a la Administración regional que luchara por hacerse con el palacio de Zaldívar. Trató sin éxito de arañar fondos del Plan PAHIS 2004-2012 (Patrimonio Histórico y Cultural de Castilla y León). Por aquel entonces, año 2011, la Junta lo calificó como proyecto estratégico. Pero permaneció largo tiempo durmiendo el sueño de los justos en algún cajón.

De nuevo Usín resucitó el proyecto, al comprar la antigua Casa Quemada, siendo alcalde de Berberana entre 2019 y 2023, y presentar en 2021 la rehabilitación de este edificio como centro del castellano al Concurso Internacional de Arquitectura Richard H. Driehaus. Su idea fue seleccionada y ahora el anteproyecto que diseñó Silvia N. Díaz sirve de base para el futuro Centro del Origen del Español. Los fondos europeos Next Generation y el empuje del actual consejero de Cultura han hecho el resto. Pero hay que ser agradecidos.