José Ramón Remacha

El mirador diplomático

José Ramón Remacha


¡Ay Ucrania!

21/02/2025

El problema de Ucrania domina la escena internacional, no solo por la guerra que ahí se libra desde hace ahora tres años, sino más, o también, por las declaraciones de Donald Trump respecto a la Ucrania de hoy y a la forma de terminar el conflicto. 

Nadie entiende a dónde va con unas declaraciones confusas e inexactas sobre cómo empezó la guerra, sobre cómo debe terminar y sobre cuáles fueron las causas. Con razón están siendo rechazadas dentro y fuera de EEUU como algo increíble.

El enigma tiene una imagen que ha dado la vuelta al mundo. Me refiero a la escena que recoge la fotografía de la reunión celebrada en Ryad para tratar el tema. Aparecen las partes invitadas y la presidencia de la reunión, a su vez integrada por unos anfitriones ataviados con ropajes talares a la oriental. Son los respectivos responsables de los Asuntos Exteriores de EEUU y de Rusia y de Arabia Saudita. Aquellos sonríen satisfechos bajo la atenta mirada de los señores del desierto de Arabia. Y este encuentro en la Arabia inaudita, como se decía en mis tiempos jordanos, no es por casualidad sino por una idea surgida del ingenio trumpista. Tiene su sentido si pensamos que hay dos guerras que ocupan a EEUU, la de Ucrania y la de Oriente Medio. En ambas hay un protagonismo americano. Pero esa es otra cuestión que no toca hoy.

Ucrania sufre el castigo de una guerra que tiene su clave en la historia de Europa. Un país con mucha personalidad, que terminó siendo parte de la URSS como consecuencia de la Revolución de 1917 y de las discrepancias entre Lenin y Stalin. Pero siempre se mostró diferente, porque en torno a la Universidad de Kiev se formó su espíritu nacional y religioso. 

Dos monjes venidos de Grecia introdujeron el alfabeto cirílico que es igual que el ruso. Por ello la Rusia de los Zares encontraba sus raíces en Ucrania. Y aquí está la clave. Los ucranianos, al disolverse la URSS en 1991, votaron por la independencia con gran mayoría. Hoy Putin no quiere que Ucrania sea otro país de la OTAN, que comenzó siendo de 12 miembros y ahora tiene 32 estados. Y Trump quiere tranquilizarle. Veremos.