Cuando me cuesta arrancar para llenar estas 55 líneas, cuando me quedo en blanco a mitad de camino, o cuando me falta el aliento para llegar hasta el punto final (entiéndanme, ¡con este calor...!), suelo echar mano de alguna palabra que me ha 'tocado' en los últimos días, bien por su sonoridad, por lo excesivamente frecuente de su uso o por lo contrario, por lo que evoca, porque su escucha o pronunciación traslada a otros universos, sean infantiles, literarios...
Hoy comparto con ustedes tres de ellas con muy diverso origen, empleo y corrección. La semana que viene hablaremos del Gobierno, como decía Tip y Coll; esta no. Ahí va la primera: escamochar (o esmochar, pero esta última no la da por válida la RAE). «Desperdiciar o, en Andalucía, quitar las hojas no comestibles de lechugas, alcachofas...» Pues en Burgos, ya que mocha es sinónimo de cabeza, se oye como sinónimo de arrancar la testa, en broma o en serio. Y los carneros, los machos cabríos y los ciervos se mochan con ahínco en su pelea por ser los jefes del rebaño o de la manada y así cubrir a las hembras. Evolución, perpetuación de la especie y selección natural.
Inopia: «Indigencia, pobreza, escasez». Estar en la...: «En la más absoluta ignorancia de algo». Convendrán conmigo que por estos pagos, campos amarillos para héroes de moda, la primera acepción, la culta, se prodiga poco. Y que la segunda, la coloquial, se inclina más hacia el despiste que hacia la falta total de conocimientos respecto a un asunto.
Pero mi preferida de esta semana, vuelta a escuchar en la genial serie de televisión argentina El encargado (supremos el guion y la interpretación de Guillermo Francella), es engolosinar. Muy poco empleada a este lado del Atlántico, en mi modesta opinión, para lo mucho que encierra. ¡Qué decir de un verbo que tiene golosina en su interior! Va, obviamente, más allá de su sonido dulce con acento porteño y de deleitarse el paladar con azúcares: «Excitar el deseo de alguien con algún atractivo». «Aficionarse, tomar gusto a algo». «Engatusar, seducir, atraer. Aficionarse, prendarse, encapricharse, enviciarse».
¡Chau, pibes, doctores, licenciados, giles, laburadores, bacanes, nonos, minas...
Engolosínense con la vida y el verano.