Lerma es uno de esos lugares que nunca dejan de sorprender a propios y extraños. A pesar de algunos desmanes urbanos, fruto del escaso tiento y cuidado de otros tiempos, la villa arlantina es un auténtico contenedor de arte e historia. Fue el controvertido Francisco de Sandoval y Rojas, I duque de Lerma y todopoderoso valido de Felipe III, quien en menos de dos décadas transformó lo que, en principio, no era más que un pueblo castellano en un cruce de caminos en un remedo de las cortes madrileña y vallisoletana, contando con el concurso de algunos de los principales artistas hispanos. Hoy nos sorprende el monumental palacio, recuperado para usos hoteleros, los conventos, algunos recientemente abandonados por sus comunidades, la colegiata, el pasadizo, etc. generadores de uno de los conjuntos más notables de la arquitectura barroca europea, que además atesora destacadísimos bienes muebles, algunos de importancia internacional, a veces más conocidos por extraños que por propios.
Estos días la población se ha reencontrado con su brillante pasado a través de la Fiesta Barroca que, hace ya 25 años, se puso en marcha impulsada por hombres y mujeres de la cultura burgalesa, como Ernesto Pérez Calvo, que tuvieron el talento de recrear en las calles y plazas lermeñas los brillantes momentos de los fastos ducales. Pero Lerma no ha tratado sólo de poner en valor ese momento esplendente de comienzos del siglo XVII sino también otros como el periodo de la francesada o el de la presencia en la localidad del más grande poeta romántico español, José Zorrilla, tan vivo en el recuerdo de este lugar. Un esfuerzo de impulso del conocimiento de la villa desarrollado desde hace muchos años por el Ayuntamiento y el Centro de Iniciativas Turísticas. El próximo IV Centenario de la muerte del duque, que tendrá lugar en 2025, va a ser un buen momento para reflexionar sobre este personaje y sobre su papel en esta población, a través de un Congreso Internacional organizado por la Universidad de Burgos, del 18 al 21 de septiembre de 2024, que cuenta con el apoyo de la corporación municipal lermeña, y que permitirá arrojar luces sobre la vida y obra de este denostado político del primer Barroco y sobre su papel en la promoción y desarrollo de las artes.