«Un proyecto de ciudad». Espetó la alcaldesa blandiendo la cartulina marcada: X City.
No lo pensaron bien quienes decidieron la elección del logo, en puridad, una cutre reutilización de algo que anda en danza por ahí. Pero la X…, la X es todo un mundo de sombras y pecado. La X es la promesa de una oscuridad, de secreto, de ignominia y depravación. La X augura maldad, corrupción, ocultamiento. La X convierte a Burgos en Sin City.
La presentación del proyecto X City ha sido obscena. Focos, brilli-brilli, verbosidad fatua y un impúdico cátering-ceba de los asistentes (¿quién paga esto?), para afirmar sin rubor que el proyecto de ciudad del Partido Popular de Burgos, no es otro que el centro. Nada más. La alcaldesa y su vice, proclamaron las bondades de una actuación de 60 de millones de euros completamente innecesarios que hipotecarán el presupuesto durante años para solaz de unos paseantes ajenos, extraños, en esa deriva ayusistahostelera del PP poco viajado que insiste en convertir nuestras ciudades en nódulos serviles del Madrid DF extractor. «Un proyecto de ciudad» que prima ganar unos absurdos minutos de circulación vial en una ciudad que se cruza de punta a punta en menos tiempo que canta un gallo, a costa de gastar, solo en el túnelgozo del vicealcalde, 20 millones de euros.
Después de la crisis de las ONGs, esta gente no ha comprendido que una ciudad es, ante todo, la gestión de necesidades humanas, no disneylandias peatonales. Un proyecto de ciudad es la articulación de barrios, sus servicios, la ampliación de zonas verdes, de mejoras de accesos y aparcamientos, la solución de los problemas de servicios/instalaciones de salud, cuidado y desarrollo a los servicios municipales, cuidado de colectivos vulnerables, apoyo al comercio local, apuesta por la zonificación… Un proyecto de ciudad es la atención a los ciudadanos, hacer mejor su vida, más fácil, más agradable, más limpia, con más oportunidades, más segura…, por toda la ciudad, no solo en el centro. Ya está bien de darle siempre a los mismos. Una ciudad es, ante todo, una comunidad, no un parque temático, por mucho patrimonio que exista.
Políticamente, este Xproyecto no solo es irreal, es un suicidio. La ciudad está muy harta de tanta incompetencia y desgobierno. Tirar hacia delante con una amenaza de deuda millonaria y un desprecio al conjunto completo de barrios, parece de una ceguera e insensibilidad sorprendentes.
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