Juro que no me apetecía nada escribir sobre esto y, de hecho, hasta me genera cierto malestar, porque es una pataleta personal. Pero tras meditarlo y hablarlo con las personas a las que puede afectar (con las que, por cierto, me llevo muy bien) aquí va. Una vez más, el dinero de los arandinos destinado a la compra de libros para la Biblioteca Municipal se va fuera de Aranda. Concretamente, 15.600€ anuales (sin contar el material audiovisual) se van para seis empresas que no están ni en la provincia de Burgos.
Puede que a algunos esto les parezca un asunto menor o que me quejo porque tengo una librería y no me lo han concedido. Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, me presenté sabiendo que no me lo iban a conceder, porque no puedo competir contra las empresas 'ganadoras'. Mi intención no es beneficiar mi negocio, sino llamar la atención sobre la contradicción que supone invertir dinero público en acciones para fomentar el comercio local mientras, al mismo tiempo, nuestro propio Ayuntamiento compra fuera.
Y que no me vengan con la excusa de la ley de contratación. Si la Comunidad de Madrid puede destinar 10 millones de euros a la compra de libros y establecer que sólo participen librerías madrileñas, ¿por qué en Aranda no es legal hacer lo mismo? Me consta que el personal de la biblioteca luchó para que ese dinero se quedara aquí, pero sus esfuerzos no han sido tenidos en cuenta.
Más allá de este caso concreto, urge que nuestras instituciones replanteen sus políticas de compra para favorecer lo cercano. Tenemos librerías en Aranda que pueden contribuir a enriquecer la oferta literaria de nuestra biblioteca, a la vez que fortalecen la economía local. No es sólo una cuestión económica, sino también cultural y de identidad. Ojalá, en el futuro, logremos un modelo más justo, que priorice lo local y apoye a quienes trabajan día a día por mantener vivo el comercio y la cultura en nuestra comunidad.